Seducida por un maduro (yo 18 años)
Fecha: 01/01/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Confesiones
Autor: Ale20, Fuente: CuentoRelatos
... próximo encuentro. De nuevo fantaseaba en cómo el acto sería y si en verdad me cumpliría la súper cogida que me había prometido. “Ojalá la tenga enorme” “Ojalá aguanté mucho” “Ojalá no me decepcione” pasaban por mi mente mientras el profesor daba un monologo mudo. Concentrada en obscenidades una de mis amigas me llamó por mi nombre y preguntó que si me encontraba bien. “Si, estoy bien ¿Qué pasa?” contesté sobresaltada. “Estas muy roja de la cara, segura ¿estás bien? Volvió a preguntar mi amiga. “Me tengo que ir” le respondí. Tomé mi mochila y salí del salón sin darle justificación a alguien. En realidad me había sorprendido mucho que mi amiga me preguntara eso “¿Acaso se me notaba que estaba excitada?” Iban a dar apenas las 8 de la mañana. Aún faltaba hora y media para verlo. ¿Qué hacía mientras esperaba? Me propuse mejor ir directamente y esperar en el lugar de la cita: Chapultepec. Tomé el metro y a las 9 de la mañana ya estaba en el lugar anunciado con 30 minutos de anticipación. Me senté ahí mismo, bajó del árbol y comencé a esperar. EL PRINCIPIO DE TODO Mientras esperaba empecé a pensar en muchas cosas y a sentir miedo. Me decía a mí misma que era lo qué pasaba dentro de mi mente. Si estaba loca, muy urgida o qué. ¿Cómo es que iba a salir con un casi desconocido con el que solo intercambié palabras menos de 10 minutos? Y lo peor de todo: ¡cómo me atrevía a entregarme a él! También pensaba en situaciones malas:” ¿Y si en realidad es un secuestrador? o ¿un tratante de ...
... blancas?”. Quizá todo era parte de su plan como en muchas noticias se lee. Así que estaba entre irme o no, aunque también la adrenalina y las ganas de coger me mantenían ahí. Me relajé y pensé bien las cosas: la calentura no iba a exponer mi integridad. Decidí irme. Aún faltaban 15 minutos para que él llegara. Aun había tiempo de escapar. Me levanté de donde estaba, di unos pasos y cuando volteé, él iba llegando, minutos más temprano de lo pactado. Cuando lo vi me puse aún más temerosa, tenía que buscar la forma de librarme de él. Se acercó a mí y dijo “hola” mientras me ponía una mano en la cintura y me daba un beso en la mejilla. Le contesté lo mismo y me quedé callada. Me dijo que me veía súper hermosa, más de lo que cuando nos habíamos conocido. Me limité a dar las gracias mientras buscaba que decir para zafarme de la situación. Siguió haciéndome preguntas sobre cómo estaba y como es que había llegado más temprano que él. Yo respondía corto y directo: “Bien” “En metro”. Iba a realizar otra pregunta cuando súbitamente hablé: “oye, tengo poco tiempo, tengo que regresar a la escuela porque tengo un examen muy importante, por favor dame los informes del ballet y me retiro”. Tenía que librarme a como diera lugar. Me sentía muy caliente de la cara por el nerviosismo y seguro que él se había ya percatado de mi tono rojo. Me dijo: “oye, tranquila, tranquila, está bien, solo relájate. No va a pasar nada que tú no quieras. Ahora mismo te vas a tu examen, no te preocupes, solo caminemos ...