1. Mi abuelo en casa


    Fecha: 02/01/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... limpiando. Continúe con la limpieza y me agachaba de manera exagerada. Mientras mi abuelo en silencio. Poco a poco me recorría con la mirada. En cuanto nuestras miradas se cruzaban, mi abuelo se volteaba. Pero el bulto en su pantalón de pijama era imposible de ocultar. —¿NO QUE NO? —le pregunté y pego un grito descomunal. —¡CHINGADA MADRE! ¡PUEDES PARAR DE UNA BUENA VEZ! Me acerqué y me puse de rodillas frente a él, pegue mi cara hasta que pude sentir en mi cara su verga. Baje su pijama hasta que ese gran pito quedo frente a mí. —Muy pinche enojado no estás. Mira nada más como tienes esta cosa! —¡Suéltame de una buena vez! —Pero no lo solté, y en comencé a jalar su pito, luego pare y lo vi mover el pelvis, estaba disfrutando el viejo. Aunque seguía con los ojos cerrados. —Abre los ojos. ¿No quieres verme? —Lo único que salió de sus labios fue "perdóname dios". Pero no opuso resistencia y mi boca se tragó su verga. O lo que alcanzaba a entrar. Enserio está enorme. Mi lengua recorría de principio a fin ese pene. Desde abajo hasta arriba y juro por Dios que intentaba tragármela toda. De pronto, sentí como mi buenito, con su mano sana, me tomaba el cabello y lo poni a un costado para ver como la boca de su nieta se llenaba de verga. Y empujaba mi cabeza hasta el fondo, sentía que me ahogaba, pero no quería parar. Me empujaba con fuerza y apenas y podía respirar. Y aunque trataba de sacar su verga de mi boca para jalar aire. Ahora era el quien me lo impedía. Incluso me quitaba ...
    ... las manos. Para que su verga entrará sin obstáculos hasta mi garganta. Estaba extasiada y no podía ni quería parar. Pero, mi abuelo me jalo del pelo y su semen golpeaba mi boca, mi frente, mis ojos. Tenía la cara llena de semen y mi abuelo temblaba mientras las últimas gotas mojaban mis labios y me escurrían por la barbilla. —¿Te gusto? —Le pregunte a mi abuelito. Todavía con su semen en los labios. —Hija, tenía más de veinte años que no me daban una mamada. Pero por favor. Que sea la última vez. Te lo suplico. —Ya veremos cómo te portas. —Le di un beso en la frente y salí de ahí con una sensación de culpa y placer. Entonces mi abuelo comenzó a tener confianza, me tocaba el culo. Sin importar que mis padres estuvieran en casa. Durante una semana me alejé. Apenas y le dirigía la palabra. Tampoco lo masturbe y dejaba que se las arreglará en el baño. Mi abuelo estaba de mal humor y cambio mi nombre de "niña" a "maldita perra". Podía sentirse el odio en el aire. Una semana exacta. Y le levante el castigo. Además, ya extrañaba al viejo. —Hola abuelo. —le dije mientras entraba a su habitación. Mi short me apretaba aún más. —¡No no no no! ¡Ya no! ¡NO! —repetía mientras intentaba salir de la cama. —Si si si abuelito. —Sal de aquí o le voy a contar a tu papá la clase de perra que tiene por hija. —Cuéntale lo que quieras. —le dije y me senté en su pierna buena. Mi abuelo insistía en alejarse, pero su amigo ahí abajo estaba más que despierto y él lo sabía. Sudaba y suplicaba. Pero no me ...