1. El Técnico


    Fecha: 10/01/2018, Categorías: BDSM Gays Sexo Duro Autor: AmoSevero2007, Fuente: xHamster

    ... con los padres. Alguna que otra vez me he ido de putas, nunca me han satisfecho del todo, además me atraen más los hombre, pero claro eso es más complicado… no sé si me explico bien. • Te entiendo perfectamente no te preocupes. Y dime, que es lo que te llama la atención del blog. • No sé… las fotos, por ejemplo ¿usted cree que son reales? • Algunas de ellas casi seguro que sí, las que dice que ha hecho él. • ¿Ha visto la página de los juguetes? ¿Usted cree que alguien puede tener esas cosas en su casa? • De eso estoy casi seguro, tampoco es tan estrafalario. Seguro que hay gente con cosas más aparatosas que esos juguetes. • Je, je, me gustaría verlos. • ¿Probarías alguno? • En principio y por probar… todos. Luego ya veríamos. ¿Y los relatos? Qué me dice de los relatos, lo que cuenta en ellos es real o ficción. Quiero decir, que buena parte será ficción pero ¿hay algo de real? • Hombre, está claro que en los relatos debe haber mucha ficción y posiblemente estén basado en cosas reales, creo yo. • ¿Usted cree? ¿Ha leído el “¡CABRÓN!!”? Dice que está basado en hechos reales. • Sí lo he leído. Ese seguro que es real. • ¿Seguro? ¿Cómo lo sabe, como puede estar tan seguro de que es real? • Pues por que fui yo el que escribió ese relato, y fui yo el que lo publicó en ese blog, y en definitiva por que el blog es mío. • ¿Cómo…? • Sí, que el ese blog es mío. • Entonces usted es… • Sí, yo soy AmoSevero, ¿te incomoda? • No, incomodarme… pues no. ¡¡Huy que fuerte…!!! • El qué es ...
    ... fuerte. • La situación, yo medio desnudo delante de un hombre al que admiro y que no conozco de nada. Me sobrepasa. • Si te sientes incómodo, lo arreglamos. Me lo dices, me voy al despacho, te acabas el refresco a solas, sin prisa, te vistes y te vas a tu casa. Y no pasa nada. Nos olvidamos del tema y en paz. Su mente debía estar hecha un lío. Noté como tensaba los músculos de las piernas, las manos temblorosas soltaron el vaso en la mesa y se dejó hundir en el sofá, como suplicándole que se lo tragara. En realidad era consciente de que era demasiado grande como para que un sofá se lo “tragara”. • Si por el contrario quieres probar algo – dije, mientras él daba un sorbito al vaso, casi lleno de coca-cola – no tienes que hacer ni que decir nada. En cuanto te acabes el refresco comenzamos con lo que prefieras. ¿Puedo? Con un suave tirón de una esquina de la toalla, ésta cedió ante la presión de su tripa y resbaló por sus muslos dejando al descubierto todo su encanto. No hizo ningún movimiento ni dijo nada. Cogió el vaso y empezó a engullir su contenido como si le fuese la vida en ello. No se lo pensó mucho, de un solo trago se acabó todo el contenido, dejando bien claro que estaba dispuesto a más. • No te muevas de ahí voy a por los juguetes para enseñártelos. Mientras salía del salón me despojé de la camiseta. Volví al momento con la bolsa donde guardo la mayor parte de mis “cacharrillos” y vistiendo únicamente mi bañador de estar por casa. • ¿Puedo abrazarle? – dijo mientras se ...
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