Inesperado
Fecha: 12/01/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... dispuse a contestarle escuché mi nombre por segunda vez, supe que provenía de mi cuarto y por la forma en que lo dijo pensé que le había pasado algo porque era como un gemido, sin embargo la tercera vez que lo dijo me fue mas claro que era sonido de mujer excitada. Me acerqué lentamente al cuarto y desde donde ella no podía verme la pude ver encima de mi cama, la trusa en el suelo, sus senos desnudos y sus manos entre sus bragas... la chica se estaba masturbando, en mi cuarto, ¡mientras pronunciaba mi nombre!. Pude ver como se retorcía y aprisionaba sus senos uno contra otro, y en el momento en que llevó los dedos a su boca y luego manoseó sus pezones me excitó a tal punto que mis manos fueron al pantalón y comencé a tocar mis partes. La chica estaba verdaderamente encendida, acariciaba sus piernas, sus nalgas y luego llevaba de nuevo la mano a sus bragas para acariciarse y pronunciar mi nombre con más fuerza cada vez. Me decidí a abrir la cremallera para masturbarme mientras la observaba, pero en medio de mi excitación descuidé los cuadernos que se fueron al piso produciendo un ruido no muy fuerte pero lo suficiente como para que ella saliera con una sábana encima a percatarse de lo que había pasado. Se dio cuenta de que yo había estado allí observándola y entonces lo único que supe decir fue "vine por unos papeles que se me quedaron"... 2 Como ya eran las 7:35 y no me atrevía a salir de mi cuarto, decidí no ir a la universidad ese día. Pensé que lo más conveniente sería ...
... irme de la casa y no sabía que iría a hacer si doña Virginia se enteraba de lo que había pasado aunque también pensé qué la chica no estaría muy dispuesta a contarle algo así. Estuve toda la tarde pensando en la escena que había vivido y me inquietaba demasiado al punto que tuve deseos de salir del cuarto y decirle a Catalina que quería tener sexo con ella. Estaba casi seguro que ella me deseaba también, de lo contrario no se habría masturbado en mi cuarto y no hubiera pronunciado mi nombre. ¿Estaría pensando en algún homónimo?. Al final de la tarde, poco antes de que llegara doña Virginia, no aguantando mas, autosatisfice mi deseo. Tendría que comenzar a buscar otro lugar desde el día siguiente, la vergüenza no me dejaría vivir tranquilo en aquel lugar, pero solo hasta que encontrara otro apartamento le comunicaría a doña Virginia. Ella llegó a eso de las 6:45 y a las 7:30 nos llamó a cenar. Catalina para mi sorpresa se sentó a mi lado, aunque su cara expresaba tanto o más desagrado que el que acostumbraba a mostrar cuando yo estaba presente. Doña Virginia, como siempre intentando atenuar la incomodidad que la actitud de su hija pudiera proporcionarme, me preguntó como me había ido en la universidad: - no muy bien señora, tenía que entregar un trabajo pero lo dejé olvidado y tal vez mañana no me lo reciban. - Debes tener mas cuidado con eso hijo. En ese momento sentí encima de mi mano, la mano de Catalina... todo ocurrió bajo la mesa mientras hablaba con la mamá. - Veré que ...