La Cala
Fecha: 13/01/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tener dos chicos a mi lado, sino más bien los recuerdos de la tarde/noche que pasamos el día anterior... El caso es necesitaba darme un baño así que me incorporé y me fui camino del mar, cuando veo que Mavi se levanta y viene conmigo.- Buenos días AnnaSe acerca para darme un beso y mientras, su mano experta se dirige a mi rajita totalmente expuesta y al descubierto, para con un rápido movimiento con sus dedos recordarme el placer que me ofrecieron entre ella y Meritxell la noche anterior....- Buenos días Mavi. Si empezamos así el día, menudo presagio de lo que se nos avecina, no?Le contesté para que supiera que estaba dispuesta a todo. Para mi era muy importante que hoy no desaprovecháramos el tiempo por culpa de una falsa imagen que se habían forjado de mi. Pero había algo en mi cabeza que me rondaba, y no sabía exactamente qué era, hasta que la oí hacer un comentario que aclaró mis dudas:- Bueno, Anna, pero has de saber que nuestra pequeña fiesta de ayer estuvo desequilibrada. Nosotras nos divertimos, más o menos, y creo que lo pasamos bien, no?, pero los chicos sin embargo no pudieron alcanzar su punto de máximo placer. No es que diga que se lo pasaron mal, ni mucho menos, pero debemos equilibrar hoy las cosas.Mientras nos refrescábamos un poco pensé sobre sus palabras. Tenía razón y eso era lo que me rondaba en mis pensamientos. Estaba de acuerdo con ella que a los chicos les encantó el espectáculo, así como las caricias de última hora, pero yo también echaba en falta ...
... un buen pedazo de hombre metido en mí interior. Absorta en estos pensamientos me corrí dentro del mar... Fue excitante sentirlo estando sumergida en unas aguas cristalinas y junto a la fabulosa escultura de muñequita de Mavi. La miraba mientras se zambullía una y otra vez dejando su culito al aire cada vez que se sumergía... Instintivamente comencé un masaje por mi entrepierna disfrutando por primera vez con una cierta tranquilidad de las sensaciones de tener el pubis afeitado, cuando ella, debió darse cuenta y dijo:- Pero una cosa es una cosa y otra es otra. No te vayas a creer que nosotras ya hemos terminado. Ven, acompáñame.Y cogidas de la mano, salimos del agua para comenzar un tranquilo paseo hacia el interior de la playa. Ibamos en silencio pisando la arena con suavidad para sentir la suave caricia en las plantas de los pies. Había oído hablar de los beneficios del masaje que se producía al caminar descalza sobre la arena, pero nunca me habían dicho cómo excita los sentidos. Sí, todo estaba siendo un continuo descubrimiento del placer de los sentidos.La cala estaba rodeada por dos pequeños acantilados que si bien la hacían inaccesible eran lo suficiente bajos como para dejar que el sol cubriese la arena prácticamente desde primera hora del día hasta última hora de la noche. Entre ambos se había formado un pequeño bosque de pinos extremadamente poblado y con mucho matorral y monte bajo, lo que a simple vista, lo convertía en una pequeña selva. Y hacia allí nos dirigíamos ...