Soy la puta de mi ahijado (III)
Fecha: 13/01/2018,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Autor: amadecasamari, Fuente: CuentoRelatos
... poco de la vergüenza que sentía al estar con esa prenda puesta le dije: ”¿Qué te parece?” Y rápidamente me contesta: “Uff… Te queda muy bien. Estás muy guapa…” “Un poco erótico, ¿no?” “Date la vuelta.” Obedecí los deseos de mi ahijado y me giré dándole la espalda, exponiendo a sus ojos la parte trasera de mi cuerpo. Yo mire hacia atrás con mi cabeza para ver la expresión de Raúl y al hacerlo vi reflejado en el espejo mi culo, el cual me parecía más grande de lo habitual al igual que mis nalgas. Llevaba la fina tira hundida en el fondo de la raja de mi culito y daba la sensación de que estaba completamente desnuda. Los muslos de las piernas se rozaban y entre las piernas se me distinguía la densa mata de vello del coño. Yo me giré un poco deprisa, para que el no siguiera viendo mi parte trasera desnuda, provocando un serio vaivén en mis grandes tetas aunque estaban dentro de mi sujetador. No pude dejar de mirar la entrepierna de él, estaba sentado y abierto de piernas y con su mano se acariciaba el bulto que formaba su sexo, era un buen bulto bastante grande, debía estar a punto de reventar su polla. Mi exhibición ante él había hecho que se le pusiera de esa forma, lo que quería decir que estaba muy excitado contemplándome casi desnuda y con esa prenda puesta. Entonces le dije: “Si me viera mi marido así, pensaría que soy una putita…“ “Una putita muy guapa. Anda, ven, siéntate aquí a mi lado”. Yo le hice caso y dando unos pasos me acerqué hacía el sofá donde él estaba ...
... sentado, al hacerlo mis tetas brincaron hacía arriba y hacia abajo rozándose una con la otra, esto le debió de gustar, pues al verlo puso una sonrisa pícara en su cara. Yo hice como si no me hubiera dado cuenta y como un poco cortada para que él piense que estaba un poco cohibida ante él y no pensara que después de lo de ayer todo era bueno y que todo valía. Al llegar me senté a su lado y vi como Raúl miraba mis tetas y bajaba con su vista hasta mi entrepierna cubierto mi sexo con el tanga transparente. Me pasó un brazo por los hombros y me acercó hacia él cariñosamente y me dijo: “Anda, ven, cuantas ganas tenía de estar contigo, se me han hecho estas horas desde que te deje ayer hasta ahora larguísimas y no he dejado de pensar en ti ni un momento, madrina”. Yo recosté mi cuerpo contra el costado de él, apoyando mi cara en su hombro y sin darme cuenta, por la posición en que me había colocado, mis tetas se posaron sobre su cuerpo, una sobre su barriga y la otra tocando con mis ya duros y gordos pezones una de sus axilas. Raúl entonces acercando su boca a mi cabeza me dio un beso cariñoso y suave sobre mi cabello que caía a lo largo de su hombro. Yo entonces le pase una de mis manos por su pecho y a la vez que le acariciaba sus pectorales duros por el deporte que hacía, le dije: “Mi niño, no has sido tú solo al que se le ha hecho largo la espera, yo he estado toda la noche muy nerviosa y apenas he podido dormir deseando que llegara pronto esta hora. Te he echado mucho de menos estas ...