1. Violador a medianoche


    Fecha: 16/01/2018, Categorías: BDSM No Consentido Autor: Lib99, Fuente: CuentoRelatos

    ... pie, exhibiendo orgulloso su anatomía perfectamente labrada por años de ejercicio físico; un cuerpo fibroso y musculado, completamente depilado, del que habían desaparecido los numerosos piercings que lo adornaban en el momento de la detención, dejando como huella la herida en su pezón, de donde Susana había arrancado el plateado aro durante el forcejeo. –Verás, escoria, te has caído con todo el equipo. Después de lo de anoche te tenemos bien pillado, pero nos facilitaría mucho el papeleo si confesaras el resto de tus violaciones. Ya sabes cómo somos los policías, nos gusta dejarlo todo bien cerrado, atado con un lacito y listo para entregar al fiscal. Así que agradeceríamos tu colaboración. –¿Y si me niego? –¡Huy! Pues sería una pena. Me harías trabajar más, lo cual me pondría de muy mal humor. Si no confiesas –se aproximó a su rostro, clavándole la mirada– será una noche muy larga para ti. El la sostuvo y mantuvo silencio durante unos instantes que parecieron interminables, como si el tiempo hubiera adquirido la densidad del granito. –Bien –dijo al fin–. Otra noche juntos. Después de lo que disfrutamos en nuestra primera cita, estoy deseándolo. El movimiento de Susana fue tan rápido que el hombre no supo de dónde surgió la porra. En un momento estaba en la mano de ella y al siguiente impactaba contra su estómago. Se dobló, paralizado por el dolor, y ella le sujetó, cerró las esposas sobre su muñeca y lo encadenó a la barra de metal que había en la pared. La porra volvió a ...
    ... cortar el aire para golpear su cuerpo. En ambos costados y contra los muslos. Después la detective se apartó y se le quedó mirando. El detenido habló apenas resuello. –¿Otra bromita? –Le retó Susana–. –Sí… Esto te gusta, ¿verdad? Esto te pone cachonda… Se giró él al responder y mostró su erección. –¡Cerdo degenerado! Cuando acabe contigo no se te volverá a levantar. Le agarró por el cabello y tiró de su cabeza hasta situársela a la altura de su pubis. –Te gusta que tus víctimas te la chupen, ¿eh? Muy bien, pues ahora me la vas a comer tú a mí. Se colocó la porra a la altura de su entrepierna, como si fuera un pene, y apretó la punta contra la boca del hombre. –¡Ábrela! ¡Abre la boca y chúpamela o te parto los dientes con ella! El detenido obedeció y lentamente abrió los labios, rodeando con ellos la punta de la negra y brillante superficie sin cambiar su mirada de obsceno desafío. Susana empujó el arma, introduciéndole la mayor parte en la boca. –¡Vamos! No te andes con remilgos. ¡He dicho que te la comas, cabrón! La improvisada polla alcanzó la garganta del violador, ahogándole, pero la mano de la detective impidió que apartara la cabeza, manteniéndole el duro tronco de goma dentro de la boca. –¡Vamos, vamos! Tú puedes tragar esto y mucho más. En el fondo eres una dócil putilla. Incapaz de liberarse, el detenido pareció aceptar el desafío, y comenzó a chupar la porra, deslizando el húmedo anillo de carne formado por sus labios a lo largo de la gomosa superficie. La felación ...
«12...456...9»