1. Confidencias 14 Rubén me folla como la primera vez


    Fecha: 17/01/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... disculpando a la chica. Quería volver a excusarme pero Rubén tiró de mi brazo. -Venga, vamos Simón nos está esperando, echamos a correr y doblamos la primera esquina. Nuestro amigo nos esperaba delante de la puerta del lugar donde íbamos a estar. Había poco espacio para sentarse y estábamos muy apretados unos contra otros, además de nosotros tres había cuatro chicos más, dos de ellos del colegio a los que conocía ya que hablábamos con ellos. Pidieron para beber y algunos fueron a la barra para traer la bebida, para mi pedí una botella de agua, los demás pidieron algo con alcohol y miré a Rubén sorprendido. -Hay que hacerse mayores. Las risas se generalizaron burlándose de mi postura melindrosa y quizá ñoña. Los pies empezaron a moverse sin darnos cuenta, necesitábamos agitar los cuerpos y prefería estar bailando a permanecer sentado sin saber de qué hablar. Llevábamos un tiempo entre el público, ellos volvían de vez en cuando a la mesa para seguir bebiendo y yo no dejaba de moverme. Sentía las manos de los depredadores buscando su presa de la noche, machos jóvenes y acalorados arrastrados por la testosterona y las ganas de vaciar los testículos. Me acariciaban las caderas y las nalgas, los más atrevidos apretándose contra mí para hacer notar sus duras virilidades contra mis pantorrillas y nalgas, atributos que parecía concederles el derecho de pernada sobre los chicos más jóvenes, claramente en señal de buscar el apareo con una hembra joven y dispuesta para recibirlos. ...
    ... -¿Mira a quien tenemos aquí? Abrí los ojos, delante de mi tenía al chico del accidente de la acera. Simplemente le sonreí un poco nervioso, era difícil entenderse con el ruido de la sala. A veces se perdía siguiendo el baile entre los demás volviendo a aparecer de nuevo. En una de estas ocasiones me cogió por la cintura, de frente, sin intentar presentarme su calentura sobre las nalgas como hacían otros. -He tenido suerte, primero casi me matas y ahora me haces disfrutar bailando, lo haces muy bien. -Perdona lo de antes, a veces soy un poco torpe y no miré si venía alguien. Para él era fácil hablarme al ser más alto, yo tenía que elevar la cabeza girando el cuello para que mi voz le llegara. Me acercó a él para que me escuchara mejor. -La culpa fue mía, me distraje con tu impresionante coche y tropecé con un bello joven saliendo de la carroza. Resultaba poético el muchacho y solté una carcajada. -¿Cómo la Cenicienta? -¿Por qué no? -¡Ohhhh! No soy todo eso. Sin darme cuenta llevaba unos minutos abrazado a él, bueno él me abrazaba. -De cualquier forma debí tener más cuidado, podías haber sido una viejecita y tirarte. El muchacho dejó de apretarme para separarse y mirarme sin verme. -¿Sabes que aún me duele la pierna del golpe? Realizó un gesto gracioso inclinándose para frotarse la pierna como hizo en la acera. -Podíamos haber dado parte al seguro, todavía tenemos tiempo y te indemnizarán por los daños. -Me conformaría con un beso tuyo como forma de repararlo. No me lo podía creer, ...
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