Estreno anal de mi amiga Esmeralda, de 16 años
Fecha: 20/01/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: EsteMex, Fuente: SexoSinTabues
... ganaste -le dije-, algo apretada pero te queda, y muy bien. -Sí, ya me di cuenta de que te gusta cómo me veo -me dijo sin girarse pero volteando un poco la cabeza, mirando mi paquete, ya bien erecto debajo de mi pantalón, luchando por salir. -Es normal -dije sin inmutarme, manteniéndome dueño de la situación-, con el espectáculo que me estás dando. -Me habías imaginado así ya, ¿verdad? La vez anterior, cuando viste esta ropa en mi cama. Te pusiste así también, no lo niegues. Vi tu pantalón ese día. Estabas durísimo. -¿Y qué hacías tú mirándome ahí abajo? -No te hagas -me sonrió maliciosamente-, si tú siempre me miras aquí abajo también -dijo, llevando una mano hacia abajo y apretando un poco una de sus nalgas. -¿Con estos atributos que te cargas? -le dije, dándole unas palmaditas atrevidas en una nalga- Obvio. Media escuela te mira. -Hey, hey, confianzudito -dijo apartando mi mano con la suya y girándose para encararme-. Ahora te toca enseñarme a mi. -¿Enseñarte qué? -Quítate el pantalón. -Va. Es justo. Me desabroché el pantalón y lo deslicé hacia abajo, pateándolo a un lado y poniéndome de pie. Mi verga, desesperada por libertad, se notaba muy erecta debajo de mis bóxers. -Wow. ¿De verdad así te pongo? Se acercó a mi y tentativamente recorrió mi verga, que estaba apuntando hacia arriba bajo mi ropa interior, desde la base hasta la punta. -¿No quedamos en que no se valía tocar, enanita? Se giró, con el culo apuntando hacia mi, y lo pegó a mi verga, dejándola justo entre ...
... sus nalgas. El calor que despedía entre esos dos enormes pedazos de carne, aún con la pantaleta puesta, me estaba poniendo loco. -Pues no sé tú -me dijo, separándose un poco-, si quieres mantenemos la regla de no tocar. -No, por mi está bien -dije jalándola hacia mi verga de nuevo. Soltó una risita y empezó a subir y bajar, frotando mi verga entre sus nalgas de arriba a abajo, masturbándome con su delicioso culo. Yo me sentía en el cielo, con la verga más dura de lo que nunca la había tenido. Pasé mis manos hacia enfrente, mientras ella seguía con sus movimientos, y las puse sobre sus pechos. Eran pequeños pero muy firmes y suaves. Sentí sus pezoncitos duros a través de la tela y los pellizqué un poco entre mis dedos. Ella cerró los ojos y comenzó a gemir despacito. -¿No te estorban los bóxers? -me preguntó con voz débil-. Puedes quitarlos si quieres. Digo, para que estés más cómodo. -Tendrías que quitarte esto tú también -le dije, bajando mis manos y metiendo mis pulgares en la parte superior de su pantaleta-. Para que sea justo. Ella soltó una risita de satisfacción. -Quítala. Me volví a sentar sobre la cama y deslicé su pantaleta hacia abajo lentamente. Su culo parecía hacerse más grande mientras se desnudaba, y finalmente quedó libre por completo. Sus nalgas, amplias y morenas, parecían gritarme que me las comiera completas. Esme se dio la vuelta, permitiéndome ver su vagina completamente depilada. Se quitó la blusa, sin perder la sonrisa, dejando al descubierto sus ...