1. Jenny


    Fecha: 22/01/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... decía deteniendo un poco su chuleo para relajarse un poco. Yo le enseñé a alargar el placer antes del orgasmo y disfrutar de esa agonía sublime que se siente al acercarse y alejarse del abismo, pero manteniéndose al borde. Como un juego peligroso que en un descuido no se puede contener y arrastra a uno en ese torbellino de placer que sacude el cuerpo entero y la mente. Ella se había hecho adicta a este juego y lo controlaba muy bien. Pero cuando se dejaba ir, era una demente gritona. A veces cuando había visita o nos quedábamos en algún hotel ella ahogaba sus gritos contra mi hombro o en la almohada. Muchas veces dejaba su mordida en mi piel, pero en el momento de placer ni cuenta me daba. Ahora quería jugar el juego. Yo le decía que para mí era peligroso pues todo el tiempo yo me sentía que si me movía mucho culeándola, me iba a venir sin remedios. "Ven papi, vamos a la cama que la alfombra me quema las rodillas" y así se desmontó de mí con un húmedo chasquido de nuestros sexos al separarse. Me ofreció su mano para ayudarme a levantarme. Una vez de pies me removí los pantalones que estaban enredados en mis pantorrillas y la seguí a nuestra habitación. Sus jugos se notaban brillantes entre sus hermosas nalgas y le mojan sus muslos. Para mí siempre fue hermosa. Desde que mis ojos la vieron por primera vez me gustó. Todos estos anos nunca teníamos suficiente el uno del otro. Siempre descubríamos alguna forma nueva de gozarnos uno al otro. Ocasiones como la de este día no eran ...
    ... cosas diarias. Por lo general hacíamos el amor varias veces por semana pero nunca deprisa. Por lo menos una hora era el tiempo que necesitábamos para satisfacernos juntos. Los fines de semana con más tiempo disponible a veces hacíamos del acto un maratón. Ella tenía una hija pero siempre encontrábamos tiempo para nosotros cuando ella dormía en su habitación. Nunca fue un inconveniente para nosotros. Este día en particular ella estaba con su abuela por un par de meses de vacaciones. Porque nuestra bellaquería este día no importa. Nunca le hacíamos caso porque un día éramos más calientes que el otro. Siempre disfrutábamos del momento si había la oportunidad. Ella removió la cubierta de la cama y se tiró en ella doblando sus rodillas y plantando sus pies planos con la entrepierna abierta. Estiró su mano y me jaló hacia ella. "Papito, esta chocha esta pidiendo a gritos ese rico bicho. Ven aquí y cúrame..." me dice jadeante. Me acomodo entre sus piernas y ella me agarra el bicho y lo dirige a su hermosa raja. Se frota la cabeza entre los húmedos labios y se masturba el clítoris con ella. "Qué duro lo tienes..." me dice. Lo acomoda a su entrada y con la mano izquierda en mis nalgas me jala hacia ella para que la penetre. Un quejido gutural se escapa de su garganta cuando estira su cabeza hacia atrás en la almohada. Yo me deslizo suavemente entre sus chorreantes labios totalmente hasta que nuestras pelvis se unen fuertemente. Nos quedamos rígidos por un par de segundos y lentamente ...
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