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Jenny
Fecha: 22/01/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... siento sus nalgas ondular debajo de mí levemente, acomodándose más para sentir la penetración profunda. La interrupción del cuarto familiar a nuestra cama me ayudo a calmar mi calentura. Ahora me sentía más en control y quería clavármela con gusto y calma. Ella así lo anticipaba y abrió los ojos suplicantes y me dice: "Papi... métemelo con ganas... tortúrame de gusto... no dejes que me venga muy rápido... ya de esos tengo bastantes... ahora quiero que me jodas toda..." Se lo empecé a sacar lentamente hasta sólo tener la cabeza entre sus labios... ella temerosa de perderlo todo alza sus nalgas para no perder el contacto. Yo se lo volví a meter despacio y ella me sonrió muy alegre: " Ay... así... así... asíii..." decía despacio sus ojos clavados en los míos. Sus brazos estirados a ambos lados en forma de cruz. Repetí la acción otras veces más y ella movió sus brazos para ponerlos en mis nalgas y guiarme más profundamente en ella. Sus nalgas ondulaban despacio y se movían a encontrar mi penetración de ella. El ritmo aumenta muy lentamente y también sus quejidos combinados con sus palabras de entusiasmo: "Así... métemelo... qué rico... así... " Me bajé un poco sobre su cuerpo depositando parte de mi peso en ella y con mis brazos a su lado para soportarme los extendí hasta acopar y apretar sus nalgas con mis manos y ayudarle a moverse hacia mí cada vez que se lo metía. Ella hacía el movimiento más fácil cooperando con su culeo. Así podía entrar totalmente dentro de ella y sentir ...
... la dura boca de su útero. Sus quejas que parecían dolorosas, eran mi indicación de que le gustaba de esa forma. "Qué bicho tan rico tienes... jódeme... jódeme... jódemeee!... " Su voz era casi sollozante y como si estuviera implorándome. La seguía culeando con más prisa y profundamente. Cada vez que le mordía sus duros pezones un ahogado grito se escapaba de su boca. Le besaba su boca, sus orejas y el área detrás al igual que su sensitivo cuello y me ofrecía la parte de su nuca para que la chupara sin dejar huellas. Ella se retorcía como una fiera debajo de mí... su piel se erizaba toda y los escalofríos la hacían estremecerse toda. Sus muslos estaban a ambos lados de mi cintura con sus talones en mis nalgas aguijoneándome en cada metida. Sus manos alrededor de mi cuello y mis hombros me aprisionaban totalmente permitiendo que sólo nuestro culeo fueran los movimientos permitidos. Ella ya estaba en camino a su descontrolado orgasmo. Sus brazos azotaban a cada rato la cama. Yo me despegaba un poco y ella era un torbellino, moviendo la cabeza de lado a lado. Sus ojos eran dos rendijas y sus dientes apretados me decían que pronto no podría aguantarse más. Ella comenzó a mover sus dobladas piernas a mi lado arriba y abajo permitiendo así culearme con toda la parte baja de su cintura para abajo. Sólo gemía y rebuznaba como un toro. Entremezclado con suaves quejidos y sollozos. Yo la tomé de las manos y me levanté de ella presionando sus manos contra la cama, mis brazos extendidos. ...