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Jenny
Fecha: 22/01/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... me embriagaban de deseo por ella. La besé y le mamé su crica con abandono, mientras ella me apretaba la cabeza contra su hermosa vulva y ondulaba sus nalgas al ritmo de mi lengua que se movía entre sus peludos labios y a veces la penetraba con ella. Sus quejas de placer aumentaban y de pronto me separó de su vulva y me dice jadeante: " ¡Papi, ya! Déjame así toda jodida y caliente. Quiero esperar por ti cuando regreses esta noche para que termines de curarme. Te prometo que no me voy a masturbar sola y esperare por ti así mojada como me dejas. Llévate mi olor así en tus labios y tus mejillas para que me recuerdes así como estoy" Y con eso me besó muy golosa con esos besos de lengua que ella sabe dar tan ricos. Me levanté y me fui pensando lo difícil que iba a ser permanecer en calma o que me bajara la erección toda la tarde. Después de estar en el auto un par de minutos, la erección comenzó a bajar y ya para el momento que llegué a la oficina estaba normal. El resto de la tarde transcurrió en calma aparte de las llamadas de teléfono que recibía de mis clientes. A eso de las 4:30 entro la llamada de ella. La recepcionista me anuncia que es Jenni y tomo la llamada. Tan pronto contesto, ella me pregunta si la recepcionista puede escuchar y le respondo que siempre esta muy ocupada y no tiene por costumbre escuchar conversaciones de teléfono. "Mi amor, quería decirte lo difícil que es estar así como me quedé. Mamarte el bicho mientras orinabas era una fantasía mía. Un fetiche que ...
... tengo. Lo hice finalmente y ahora no dejo de pensar en el gusto tan fuerte que sentí cuando te mamaba y me vine. Te quiero mucho por darme tanto placer y gusto. Ahora mismo me estoy metiendo el dedo y sigo agonizando de delirio esperando por ti. Tengo un charco entre estas piernas. Pero te voy a esperar para venirme como te prometí. Un besoà hasta pronto." Me despedí de ella y me quedé hipnotizado por unos segundos. Mi verga estaba erecta nuevamente y mi respiración era entrecortada. Me parecía increíble que después de 10 años con ella aún me calentara de esa forma tan efectiva. Por varios minutos le di vueltas a la situación y me sentía débil para concentrarme en el trabajo. Por lo general siempre me voy de la oficina a las seis. Hoy no podía contenerme y después de media hora le informé a la recepcionista que tomara los mensajes para mí. Le mentí que mi esposa no se sentía muy bien y quería ver qué le pasaba. Me fui de la oficina y una vez en el auto me excitó pensar en la sorpresa de ella cuando regresara tan temprano. Llegué a la casa y sin hacer ruido entré. La encontré sentada en un cómodo sillón un poco dormida. Vestía la misma camisa y su pelo castaño un poco alborotado le caía suavemente por sus hombros hasta la parte superior de sus senos. La camisa estaba desabotonada hasta la parte donde la hinchazón de sus senos comenzaba. La contemplé por un momento, notando el hermoso color oscuro y cremoso de su piel y de sus muslos y piernas, una de las cuales tenía colgada ...