1. Jenny


    Fecha: 22/01/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sobre el brazo del acojinado sillón y la otra estirada frente a ella. Su cabeza descansaba un poco al lado derecho de su hombro. Sintió mi presencia y se despertó sobresaltada. Una alegre sonrisa brotó inmediatamente de sus labios. "¡Ay papito, qué sorpresa!" Ella siempre desde la primera vez que le hice el amor, me decía papito o papi. Raras veces usaba mi nombre cuando estábamos juntos. Tan sólo me llamaba por el nombre en presencia de otros. Así que ese apodo era parte de nuestra intimidad. Me arrodillé frente a ella y la besé en la boca. "No pude concentrarme más en el trabajo después de tu llamada y tuve que venir" le dije en un susurro a su oído mientras le acariciaba el cuello con mis labios. Esta caricia le erizaba la piel a ella cuando lo hacía. Inclinó su cabeza y me ofreció su nuca para que la siguiera acariciando. Le mordí el cuello en la nuca suavemente y se le escapó un gemido de placer que parecía doloroso y sentí sus unas clavarse en mi espalda y mis hombros mientras se estremecía y su piel se ponía como piel de gallina desplumada. Se apretó a mí fuertemente y me pidió que la poseyera a mi antojo. Que era toda mía como tantas otras veces y quería ser poseída hasta desmayarse. Empecé a desabotonar su camisa y removerla totalmente. Abrió sus piernas y las acomodó una a cada lado mío. Todavía olía a sexo desde la sesión del mediodía. Me incliné sobre su pecho y tomé el duro pezón de su teta derecha entre mis labios mientras le estrujaba el pezón izquierdo entre ...
    ... mis dedos. Sus piernas eran como dos tenazas apretándose fuertemente a mí. Sus manos acariciaban mi pelo y mi cabeza mientras yo le mordisqueaba uno y otro pezón. Cuando ella está muy excitada, sus oscuras aureolas y sus pezones endurecidos casi se convierten en uno. Los tiene muy sensitivos y han sido muchas las veces que se viene con sólo mamarlos por un rato. Jenni es muy orgásmica. Hoy no fue excepción y tan sólo después de un par de minutos la sentí estremecerse en mis brazos y gemir con agonía cuando se vino en convulsiones y espasmos. Yo estaba que casi no cabía en mis pantalones y mi erección ya era dolorosa. Aun así comencé a besar su cara, sus ojos y su boca. Le decía repetidas veces lo mucho que me encantaba verla gozar en mis brazos y lo mucho que la quería. Ella seguía gimiendo y balbuciendo cosas que no podía entender. Baje a su ombligo y la besé amorosamente abrazando su cintura, ella comenzó a estirar sus piernas y abrirse toda para mí. Seguí la fina pista de vellos que bajan de su ombligo por su vientre, depositando húmedos besos hasta llegar a su peluda vulva. Sus rizados pendejos se extendían un poco al lado de sus muslos y al lado de sus labios entre sus piernas. Ella se afeitaba las piernas un poco, pero nada más. A veces se dejaba crecer los pelos de sus axilas para mi disfrute. En esta parte la entendía porque algunas amistades y familiares la criticaban cuando notaban sus pelos sedosos debajo de sus brazos. Ella sabía lo mucho que a mí me gustan y a ...
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