1. Ayudando a Mamá (06).


    Fecha: 14/09/2017, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... espalda y jadeaba mientras yo la sacudía con fuerza. Tenía miedo de partirla en dos, era muy delgadita. Cuando estábamos en nuestro mejor momento veo a alguien parado en la puerta de mi cuarto, casi le parto la columna a mi prima del susto. - ¡Auch! – gritó Naty – Ah, hola tía. ¿Cómo estás? – la saludó con una sonrisa como si estuviéramos jugando a las cartas. - Hola chicos – mi madre se tomó la situación con mucha calma, de hecho se veía bastante tiste. - ¿Querés venir? – a Naty no le quedaban escrúpulos. - No querida, hoy no tengo ganas. Otro día – hablaban de sexo entre familia como si fuera lo más natural del mundo, me causó bastante gracia la situación y no detuve las penetraciones, allí mi madre notó que le estaba dando por la cola – ah mirala vos a la nena, no pierde el tiempo. Bueno, me voy a preparar la cena, cuando terminen comemos algo. En cuanto se retiró volví a mi tarea. Partir el culito de Naty. - ¿A vos también te van las nenas? – le pregunté porque invitó a mi mamá a unirse a la acción. - Ahh, no te conté. Me estoy comiendo a una pibita – separó más las nalgas para que yo pudiera cavar tranquilamente. - ¿A quién? - A la hermanita de Juanjo – Juan José era uno de mis amigos del barrio. - Bue, ni tan hermanita, la pendeja ya debe tener sus veintitantos, es un camión. - Tiene 19 y no sabés cómo la chupa. Es re torta. Escuchar eso me hizo volar de placer. Me encantaba escuchar hablar a esta putita. Le quise dar con más ganas. Esta vez empleé toda mi fuerza en ...
    ... darle caña. Ella comenzó a irse hacia adelante hasta que quedó de cara contra la pared y con sólo las rodillas sobre la cama. - ¡Ay, ay, ay! No, pará ¡Ay! Pará. No paré ni por un segundo. Su apretad culito me estaba dando el placer de mi vida, aproveché la posición para frotarle el clítoris con una mano y de paso jugar con sus tetitas. Seguía rogando que parara pero yo sabía que ella quería más. La besé en el cuello y eso la tranquilizó un poco. - ¿Te vas a tomar la lechita? – le pregunté al oído. - No. - ¿No? – estaba sorprendido – pensé que te gustaba… con tantos petes que hacés. - Si, pero no me gusta la leche. - ¿Nunca te la tomaste? - Si, muchas veces, por eso sé que no me gusta. - ¿Entonces por qué, la tomas? – hablar de estas cosas mientras la cogía me daba más morbo. - Porque me obligan. A veces cuando los tipos acaban me agarran de la cabeza y me hacen tragar todo, ahhhhh – le metí un dedo en la concha. - No parece que te disguste tanto, porque ya debés saber cuándo un hombre está por acabar, podrías sacar la cara antes. Yo creo que a vos te calienta que te obliguen a tomarla todita. - Mentira, no me gusta. ¡Ahhhhhhh! – le estaba dando con ganas y apreté uno de sus pezones. Quería seguir escuchando sus palabras, quería forzarla a decir más. - Si te gusta, al Colo le hiciste un pete el día del cumple y me contaron que te tragaste la lechita. - Eso fue porque yo quería, ¡Ay! Además era el cumpleaños… - Que regalona que sos – me tenté, la chica regalaba petes, sea cumple ...
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