1. Ayudando a Mamá (06).


    Fecha: 14/09/2017, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... haciendo varios petes en cada rincón oscuro que encontrabas – no dejé de darle mientras hablaba y ya me estaba agitando un poco. - Ahhhhh, ahhhhh – sus gemidos parecían salidos de un animé hentai – es que hacer petes sí me gusta. No sé por qué, pero no lo puedo evitar. Si alguien me lo pide, y es lindo, no puedo decir que no. Y si no me lo piden tampoco. Siempre y cuando el chico sea lindo – cada palabra que dijo vino acompañada de jadeos y gemidos – pará, ¿tenés forros? – me detuve en seco. - No, nunca uso. ¿Vos no tomás anticonceptivos? - No, porque engordan. - Como si a vos te mataría engordar un par de kilos. Estás re flaca. - Eso no es asunto tuyo. Ya sé que estoy flaca, pero eso no quiere decir que vaya a querer engordar porque sí – yo ya le había sacado la verga y estaba mirando su culito con ganas. - ¿Y si entro por atrás? – le pregunté. - Bueno dale. Levantó su colita, era pequeñita pero muy hermosa y bien formada. Lubriqué su cola usando los fluidos de su vagina y algo de mi saliva. Esta vez fui más cuidadoso, tal vez le había dado menos uso que a la vagina. No entraba, por más que presionara no lograba avanzar ni un milímetro. Ella se mantenía quieta sin decir nada. Volví a intentarlo y nada. Me estaba impacientando. Presioné fuerte y entró un buen pedazo. - ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!! – el grito de mi prima casi me mata del susto. - ¿Te dolió mucho? – estaba tan apretadito y rico que no me detuve. - ¡Como la puta madre! ¡Ahhhhhhh! – su carita se puso roja y ...
    ... hundió la cara en la almohada para apagar sus gritos. - Vos me diste permiso ¿cuántas veces lo hiciste por atrás? – me quedé quieto sólo para darle un pequeño respiro. - Ninguna. - ¿Cómo que ninguna? – pensé que era más putita, aunque sí petaba a cuanta verga se le pusiera adelante - ¿Entonces por qué me dijiste que la meta? - Porque no quería quedarme con las ganas de coger con vos, otra vez – me conmovió ese “con vos”. - Que linda. Bueno, prometo ser más suave. Comencé a moverme muy lentamente, dejando que su culito se dilatara de a poco. Ni siquiera llevé la verga hasta el fondo, me mantuve metiendo y sacando la puntita. Su agujerito ya se estaba abriendo bastante y ella ya no daba la impresión de estar sufriendo. Me adentré un poco más y lo sentí más suave, pero debía admitir que se sentía mejor que el culo de mi madre. Escuché que gemía de placer. - ¿Te gusta? – le pregunté. - Ay siiii, siii. Está muy bueno. Ahhhhhh. Seguí, seguí… más rápido… siii, ahhhh, más rápido… ahhhh… ¡Más rápido carajo! – se enojó. - ¡Uy perdón! – me di cuenta que casi no me estaba moviendo, me había quedado pensando en una cosa que después debía preguntarle a mi madre, pero ahora tenía que atender bien el culito de Naty. Aceleré notablemente el bombeo, su culito ya se estaba acostumbrando al tamaño de mi verga y me daba más libertad. Podía clavarla hasta el fondo y sacarla casi toda. Cuando volvía a entrar lo hacía fuerte, de un solo envión. A mi prima le estaba gustando cada vez más, arqueaba su ...
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