El Nene Del Colegio
Fecha: 30/01/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... grupo, se levantó y se fue. Dudo que de aquella cantidad, todos hayan terminado de copiar. Pero se quedaron una chica, amiga de Gerónimo y un muchacho más. Gerónimo y yo, seguíamos jugando con las miradas y las sonrisas. Habían pasado más de 30 minutos de que lo hacíamos, casi desde que la clase había comenzado. Nostros seguíamos. Su amiga se paró y le dijo "¿vamos?". Gerónimo se excusó y dijo que aún no había terminado de copiar y que no le importaba perder el recreo. Así que la amiga se fue. Quedamos sólo los tres. Yo sabía que el otro chico no se iba a ir porque era un alumno increíblemente aplicado que no tenía muchos amigos y nunca estaba con alguien en los recreos. Gerónimo y yo seguíamos con nuestras miradas lúdicas que se cruzaban y nos dibujaban sonrisas. En un momento, Gerónimo levantó la mano. Pregunté qué necesitaba y me preguntó si se podía pasar al primer banco (carca mío) para poder copiar mejor. Naturalmente, no me negué. Esa voz me podía. Tenía un poder extremo sobre mí. Era la voz con la que me había imaginado que gemía delante mío mientras yo con mi pija lo penetraba como salvaje. Se acercó al banco sin quitarme la mirada de encima y, para sentarse, dio una vuelta dejándome ver el culo enorme que tenía. Me quedé (por los segundos que duró) admirándole la cola al nene que me la presentaba haciéndose el inocente. En cuestión de segundos, y mientras su delgada figura giraba sobre sus pies para sentarse, doblé mi cabeza para seguir admirando el culo que el ...
... nene me presentaba. Ni bien logró darse vuelta, volvió a mirarme y se río por lo bajo porque se dio cuenta que yo lo estaba viendo. La pija se me ponía más dura. Pensaba: "mocoso hermoso; juro que te cogería por todos lados por jugar a ser provocador conmigo". Yo también reí. Finalmente, la campana volvió a tocar. Gerónimo volvió a su asiento y yo, tapándome la erección con carpetas negras, me despedí de mis dos alumnos y me fui. Desde ese día, no me podía sacar de la cabeza a Gerónimo. Me cogía a Horacio, pensando en Gerónimo. Hasta lo hice jugar a que "él era mi alumno y yo el profe" con las luces apagadas porque tenía la cabeza completamente quemada por el nene. Pasó al rededor de un mes de miradas y sonrisas con Gerónimo en el colegio. Y un viernes (digo "viernes" porque recuerdo que los jueves y viernes los alumnos de 7°B tenían gimnasia) vi lo que terminó por quemarme la cabeza de arriba abajo. Yo estaba en la puerta de la oficina de la directora, esperando que ella salga del baño (que estaba cruzando el pasillo de la escuela - donde se practicaba gimnasia -). La puerta de la oficina, daba justo al patio, casi en el medio; así que yo podía ver como mis alumnos seguían su clase normal mente. La profesora de gimnasia, quien es hasta el día de hoy amiga mía, me saludó con la mano y una sonrisa y yo contesté de la misma manera hasta que vi salir del baño a Gerónimo. Llevaba puestas unas zapatillas con resorte que la profesora siempre pedía como ideales para hacer "gimnasia"; ...