Lo que hace la dulce Inocencia - Parte 3
Fecha: 30/01/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Leonanky, Fuente: SexoSinTabues
... cachonda. —Me tienes bien caliente. Quiero hacerlo aquí. —Pero estamos un poco incómodos. —No importa, follame. No digo nada y rápidamente pongo mi glande en la entrada de su vagina y le doy una rápida y fuerte estocada. —¡Aaaaaaahh! —¿Entonces quieres que te folle? —Se lo digo mientras le doy estacadas bien fuerte. —¡Me duele! ¡Uuuufff! ¡Aaaaaaahh! ¡Aaaah! —¿Quieres? Le doy otra. —Coño si! ¡Uuuuy! Vamos cogeme. Empiezo a follarla rápido, mientras escucho sus hadeos y gemidos. Entre tanto le doy nalgadas mientras la embisto. Yo como la tengo encima puedo chupar sus tetas. Rápidamente ella tiene un orgasmo. Al sentír sus paredes vaginales más lubricadas, se me hace follarla con más rapidez, al sentír que estaba llegando decido para y cambiar de posición Ahora ella está de espalda a mí (encima de mí igualmente), y dejo que sea ella quien folle. —Vamos. Hazlo tu ahora. Follate a tí misma. —Amor ya que me sonrojas. La agarro y le doy un beso intenso. —Vamos, dale a papi lo que le gusta. —Eso haré. Ella misma empieza a hacer movimientos de coito arriba y abajo. Yo solamente me dedico a relajarme mientras mi hija hace con mi verga lo que quiera. Pasa un rato haciendo eso, hasta que empieza a tocarse (va a tener ...
... otro orgasmo), yo ls tomo y le subo las piernas con mi brazo y con mi mano le toco el clítoris. —¡Aaah! ¡aaah! ¡aah! ¡me gusta! —¿Qué? —¡Uuuufff! ¡Joder me gusta! —¿Qué te gusta? —¡Aaaah! ¡Aaaah! ¡Me gusta que me folles! ¡Me gusta que me la rompas con tu verga! Oriana estremece bruscamente su cuerpo arqueando un poco su espalda regalandome 2 orgasmos. Al mencionar las palabras anteriormente ella me excitó tanto que no aguanté y me vine dentro de la vagina de Oriana. La follé hasta que me quedé sin fuerza. Ella se recuesta de mié, yo la abrazo y nos quedamos descansando. Yo aún no he sacado mi verga de su cosita, por lo que el mi semen y el resultado de los orgasmos de Oriana están entremezclados, encerrado allí, desbordandose por los lados. Yo agarro y paso mis dedos y se lo meto en la boca. —¡Oh mi Dios!, sabe demasiado bien. Prueba. La miro extrañada, y ella insististe, y pruebo un poco, y em verdad sabe raro. Pero bueno, al fin y al cabo ambos nos bañamos. Y salimos un rato al distraernos. Al Salir, noto que mucho hombres la miran. —Veo que tienes muchos ojos. —¿A qué te refieres? Le hago seña. —Ah ya, ya. Comprendo. —Eres hermosa. Ella me agarra una nalga. —Hey, aquí no Oriana. Más tarde. Oriana y yo salimos.