Sobrina caliente. El clima frío nos puso calientes
Fecha: 30/01/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Incesto
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... abrí la ducha para tengas el agua caliente. Abrí la puerta del baño, para acercarle la bata de baño, colgada en el soporte de la pared. La cortina de baño trasluce la silueta de la muchacha, enjabonándose la entre pierna, me demoré un poco, lo necesario para ver como el agua jabonosa servía para acariciarse los voluptuosos pechos.. - Aquí te dejo la bata de baño y las chinelas para cuando termines la ducha. El desayuno y yo te esperamos… Apareció en la puerta de la kitchinette, la cabeza con un turbante de toalla y el cuerpo enfundado en la mullida bata de baño, con un lazo al frente cerraba su aromática presencia. A pesar del lazo la parte superior permitía ver bastante del nacimiento de los pechos, el resto quedaba para la erótica imaginación. - Hummm, qué rico aroma de tostadas, qué apetito tengo… - Sentate, te sirvo? asintió o. La imagen era un regalo para los ojos. Un lascivo pensamiento invadió mis pensamientos más eróticos: ”Cómo te comería, que buena estás”. Devoró el desayuno, se comió las tres tostadas, sonrió cuando preparé otra ración de pan tostado con jalea de membrillos. Más calma y repuesta, preguntó que hacía en la costa. Dije: -Tengo una empresa constructora, vengo seguido a controlar el negocio. A mi turno pregunté que estaba haciendo aquí. - Vine a pasar un tiempo con la tía, quedó en recogerme en donde me encontraste, me había dicho que necesitaba ir a la ciudad de Dolores por un trámite pero que estaría para recogerme, ahora me doy cuenta que se demoró ...
... más de la cuenta por eso me quedé varada, esperándola. Ahora se me presenta un problema, donde pasar el resto del día y la noche hasta que se regrese mi tía, era un costo que no había calculado, hasta tanto, estoy en la vía, por eso estaba en la calle pensando qué hacer... y apareciste… - Entonces nada de preocuparte, tengo otra habitación, puedes quedarte y mañana te llevo con tu tía. Si quieres comunicarte, ahí está el teléfono. (No existía el teléfono celular) Se había establecido una corriente de simpatía y confianza. Enfrentados, podía contemplar sus gestos mientras hablaba, se iban esfumando sus dudas, también el temor, la conversación tornó más animada, hasta más cálida, y no me refería al clima. Los temas variaban de la contingencias del viaje a saber a qué se dedicaba, llegar a los temas personales y hasta de intimidad: - Noviecitos, no hay? Pregunté, con repentina curiosidad. - Y... no. Amigos, pero nada serio; enseguida te quieren “voltear” (llevarte a la cama) - Pero el sexo también es importante. - Y, claro que es importante, pero no es lo que estoy buscando. Busco..., Guardó silencio, apenada, dicho más de lo prudente, sobre todo en esta ambigua situación, sentía que no debía mostrar sus debilidades, se encogió de hombros para acompañar esa afirmación involuntaria. Me acerqué, tomé de los hombros, contenedor. - No lo tomes así chiquita, disculpá la pregunta. Yo puedo ser tu tío, quédate tranquila. Le di un besito en la mejilla, la sentí acalorada, estremecer al ...