1. Sobrina caliente. El clima frío nos puso calientes


    Fecha: 30/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Incesto Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... resorte, apuntando a su sexo. Susy lo tomó en su mano, acarició con particular delectación, respetuosamente se hincó, arrodillándose entre mis piernas le hizo los honores de una mamada lujuriosamente inquietante. La pija agitada entre sus manos y la introduce en su boca, la lengua jugaba con la cabezota metiéndose entre ella y el prepucio. La calentura manda, tomo de los cabellos y empujo su cabeza para sentirla hasta la garganta. Me la cogí por la boca cuanto pude. Imposible resistir esa mamada tan intensa, tanto placer “me podía”. Con un quejido, desde el alma, me dejé correr, eyaculé espeso semen, gruesos chorros llenaron esa apetecible boca. No se detuvo, tragó y siguió chupando, necesitó tragar en dos veces. Siguió con las lamidas, hasta que retomó su dureza inicial. Qué calentura! Qué calidad para chuparla! Nos abrazamos nuevamente, nos besamos. Le volví a chupar esos pezones. La volqué sobre el sillón, de espaldas, ofreciéndose todita desnuda, las patitas en mi hombro. Repté por su vientre plano hasta la mata de vello suave y muy poco enrulado, separé esos “labios” y mi lengua recorrió la humedad salada, de mujer caliente. Degusté su sabor y su aroma. Lamí y chupé ese clítoris inflamado de deseo. Gemía y jadea, cada vez más fuerte, movía la pelvis, activa e inquieta por la calentura que la recorre cuando sentía entrar mi lengua en su cuevita. Para hacerla gozar más, metía un dedo dentro de la concha, lubricado, lo fui introduciendo en su delicado culito, tierno y ...
    ... apretadito. Sus tobillos se aprietan en mi cuello, los espasmos de su vientre, eleva la pelvis y convulsiona todo su cuerpo. El furioso orgasmo está gestándose, se le ahogan los gemidos, echa la cabeza hacia atrás, los ojos fuertemente cerrados y los dientes mordiendo el labio inferior son algunos de los síntomas del atroz orgasmo que la somete. Aún en el trance de su acabada, me salgo de la posición, sostengo los pies en mis hombros y mando la verga por la húmeda raja, de un solo envión entro todo el grosor de mi poronga. Se quejó un poco, cuando se la mandé al fondo, reanudé con más fuerza e intensidad, como martinete, entraba y salía maltratando esa carne deseosa de mi carne. En un momento de lucidez, dijo: - Ponte el forro (condón), ¡Ya!, no me termines adentro que me preñas!! En ese momento, tarde ya, recordé que no tenía en la casa. - No tengo condón, pero no te asustes, sé controlarme, cuando esté por venirme te la saco. - ¡No!, Tengo miedo a quedar embarazada, no me cuido. -decía con susto. – Acábame… en la colita. E en la cola, por favor, no me jodas… - Quédate tranquila, cuando me falte poco, te la saco y te termino en el culito. No tengas miedo puedo controlarme. No te voy a acabar adentro. - Te creo, pero… no me falles! Seguí, te quiero todo adentro, más adentro!!! Más confiada se entregó al goce con desenfreno. Pedía más, se retorcía y gozaba a más no poder, sentía que le estaba entrando y abriendo su carne joven y estrecha, con la mía, caliente y madura. En el ...
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