Sobrina caliente. El clima frío nos puso calientes
Fecha: 30/01/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Incesto
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... pelvis la hacía mover, con la otra mano le acariciaba el clítoris. Cuando me cansé de estar abajo, me salí y la coloqué boca abajo. No quise escuchar sus quejas, solo quería repetir la sensación de enterrarme todo dentro de su cerradito culo. Mi deseo se exacerbaba con la visión de tan prometedor panorama, ya probado. Me enloquecía una penetración apasionada entre esas nalgas deliciosas. Acariciaba su espalda, me arrojaba sobre ella con besos y lamidas. Al tiempo que la tenía tomada de las caderas, la “agarré” de los hombros aumenté la fuerza enterrándome como nunca dentro de mujer alguna. El corazón estallaba por el esfuerzo, la lujuria me descontrolaba, la devastadora calentura me impidió seguir dándole más pija. Imposible prolongar más este delicioso polvo, cercano el momento supremo, avisé de la inminente eyaculación, para darle tiempo a sus tiempos. - Te espero? - Si, “porfa” Aguántate un poco que estoy cerca, “llegando”, dijo entre gemidos. Seguí disfrutando y viendo cómo se tragaba todo el pedazo. - Ya, ya estoy… llegando, te acompaño, dijo al tiempo que se acariciaba la argolla. - Voy, me voy adentro tuy, tuy... tuyo! Un par de empujones profundos y le largué toda la leche adentro, otra enema de leche. Quédate, quédate! Que se salga sola. Déjala morir adentro. Pedimos comida por el delivery, una siesta de esas que le robamos un tiempo a la muerte. Despertados, bebiendo un café y una copa, mirando las olas bravías que venían a morirse ...
... en los médanos de la playa desierta. Hicimos el amor toda la noche. Satisfechos de sexo a más no poder, calmamos nuestra hambre de carne. En la mañana, antes de levantarnos “el infaltable mañanero”, luego el desayuno, esperando hasta que llegó la tía Raquel para llevársela En los días siguientes nos seguimos viendo y teniendo un sexo de primera. Pero el devenir de la vida nos marca las obligaciones y actividades, hasta las cosas buenas tienen límite. De todas maneras ella y yo volvimos a la capital y por un tiempo, con el “diu” colocado podía terminarle dentro sin problemas, el culito se había acostumbrado a su desvirgador. Le conseguí departamento para que viva sola, y empleo para que tenga independencia económica. Está, a sus actuales veintidós años, noviando con un buen muchacho y con intenciones de casarse. Nuestra historia es otra, sigue por cuerda separada, tenemos nuestros encuentros, con sexo o sin él, pero en todo momento está presente el afecto que se fue generando y haciendo fuerte durante todo este tiempo juntos. Casi como un acto de comunión siempre nos recordamos de esa mañana atlántica que estaba frío afuera, caliente adentro y nos sonreímos con complicidad de un secreto que nos pertenece. Ella sabe de este relato, autorizó su publicación, quiere, tanto como yo saber de otras mujeres en condiciones parecidas para compartirnos las pasiones esperamos en loboferoz1943@gmail.com No te hagas esperar. Gracias por entendernos. Lobo Feroz