1. Madres sacrificadas 2: Romina se convierte en la puta de su sobrino


    Fecha: 01/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    Romina estaba pasando por una pésima situación económica. Desde que se murió su marido hace casi dos años empezó un lento, pero implacable proceso de decadencia. Su esposo ganaba buen dinero como contador, pero no eran muy ahorrativos, les gustaba viajar y comprarse ropa de marca, por lo que una vez que enviudó, se encontró con apenas una cantidad suficiente como para tirar unos meses. Primero tuvo que sacar a sus hijos de la escuela privada para anotarlos en una pública. Luego tuvo que acostumbrarse a comprar la ropa en tiendas baratas y salir a comer sólo un par de veces al mes. Finalmente se vio obligada a deshacerse de la empleada que la ayudaba a limpiar dos veces por semana. Para colmo, su trabajo como pastelera, que realizaba en su propia casa, y que nunca le dejó un dinero equiparable a un sueldo, ahora se encontraba casi paralizado. Casi nadie le encargaba las tortas que había aprendido a hacer viendo videos de YouTube. Nunca le dio mayor importancia a ese emprendimiento que realizaba más que nada para ocupar sus horas haciendo otra cosa que ver novelas o el noticiero, pero ahora que más lo necesitaba, el negocio, que de por sí no era muy rentable, le generaba unos ingresos irrisorios. Buscó trabajo, pero carecer de experiencia a los treinta y dos años era un pecado muy grave para la sociedad. Aun así no se dio por vencida, siempre convencida de que tarde o temprano las cosas cambiarían para bien. Sin embargo el tiempo iba pasando, y con los ahorros esfumados y los ...
    ... ingresos casi inexistentes se vio en la obligación de vender su auto, único bien que le dejó su marido aparte de la casa. Lo vendió mal porque el comprador le ofrecía la totalidad del pago en efectivo, así que Romina accedió a deshacerse del vehículo por un monto mucho menor al del mercado. El dinero parecía mucho cuando veía la cantidad en la cuenta bancaria, pero tras cuatro meses, habiendo pagado unas deudas y viviendo modestamente, la cifra se había reducido a cero. Luego sufrió un fuerte revés cuando quiso hipotecar su casa y descubrió que ya había sido hipotecada varias veces, por lo que era imposible pedir un préstamo. En fin, ya no tenía de qué vivir, y entonces comenzó a humillarse, viviendo de las dádivas de algunas amigas a quienes tampoco les sobraba el dinero, o incluso pidiéndole a sus padres, dos jubilados que apenas llegaban a fin de mes, pero que le daban el poco dinero que podían sin hacer preguntas. A Romina se le partía el corazón cada vez que debía depender de ellos, pero más le dolía ver la cara de tristeza de los niños de ocho y nueve años, que además de quedar huérfanos de padre, se debían acostumbrar a una vida llena de carencias. La gota que rebalsó el vaso fue cuando una tarde, sin saber de dónde sacaría para darle de comer a sus hijos, se vio obligada a vender casi toda su ropa costosa en una feria americana. Logró cobrar mil pesos con lo que tiraría hasta el fin de semana, después vería. Pero cuando volvió a su casa, con las bolsas de la compra, se ...
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