1. Madres sacrificadas 2: Romina se convierte en la puta de su sobrino


    Fecha: 01/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... la atracción que sentía por esa mujer ya de por sí bella. Romina pareció un poco incómoda por la leve caricia, pero fingió una sonrisa. Se quedaron un rato más mateando y hablando, él le explicó que le entregaría veinte mil pesos por transferencia bancaria y que luego hablarían del local. “no te preocupes por nada, yo me voy a ocupar de todo lo que necesites” le dijo. Ella no pudo más y se largó a llorar. Le prestó un pañuelo a su tía y repitió la caricia, llevando el mechón de pelo detrás de la oreja, pero esta vez su mano volvió a su rostro y frotó los labios con el dedo gordo “sos muy linda tía” susurró bajo el sol que ya se estaba ocultando “gracias, gracias por todo”, dijo ella sin animarse a correr su cara, dejando que la acaricie. “en serio, sos hermosa tía”, insistió él. “bueno, gracias, me tendría que ir, los nenes me están esperando”, le dijo Romina poniéndose de pie. “¿así me agradecés, yéndote tan repentinamente?” le dijo Javier, con cara de ofendido. “perdóname, tenés razón, nunca nadie hizo algo así por mí y estoy muy nerviosa, no quise ser grosera”, se disculpó Romina. “mirá, si estás tan agradecida, podrías hacer algo por mí”, “lo que sea”, dijo ella, “te tomo la palabra eh”, dijo él con una sonrisa “por supuesto, pedime lo que quieras, después de semejante favor que me estás haciendo, no puedo decir que no a nada”, dijo ella, intentando convencerse a sí misma de que él no se animaría a pedirle lo que insinuaban sus ojos, pero se equivocó. “Bueno tía, ...
    ... vayamos adentro a coger”, soltó él, como si nada, “¿qué?”, se sobresaltó ella “ya me escuchaste tía, me calentás mucho y siempre tuve la fantasía de cogerme a una prima o tía, y no pienso perderme esta oportunidad” ella le dio un fuerte cachetazo. Dio la vuelta para irse, pero Javier insistió “pensá en tus hijos, no seas orgullosa”, “sos un hijo de puta”, insultó ella. “jajaja sí, pero vos me necesitás, yo puedo sacarte de la vida de mierda que tenés”, “sos una mierda” dijo Romina con lágrimas en los ojos. “mirá, voy a hacer una cosa”, dijo Javier. “yo voy a entrar a mi casa, vos tenés dos opciones: salir por ese portón y volver a tu vida de pobre, o entrar a la casa, ponerte en bolas, cogerme un par de horas y olvidarte de todos tus problemas. No seas tonta y orgullosa, a mí no me cuesta nada sacarte de la miseria”, cuando terminó de hablar le dio la espalda y entró a la enorme vivienda. “hijo de puta” le gritó de nuevo ella, pero no se fue. Recordó que hasta hace poco estaba decidida a convertirse en una puta, y en definitiva, esto era lo mismo. Le daba bronca la humillación por la que le estaba haciendo pasar, pero qué otras opciones tenía. Miró el portón que daba a la calle, una vez que lo atraviese le esperaba su vida llena de problemas y repleta de deudas. Incluso si se convertía en una puta no sabía qué tan bien le iría. Ese ambiente era turbio y quien sabe que tipos iban a contratarla para estar con ella. Entonces giró la vista hacia la puerta de entrada de la casa de su ...
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