1. Deseo anónimo: Primera parte


    Fecha: 03/02/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... así caminamos hasta el cine más cercano. Escogimos la película que empezaba antes para ahorrarnos el tener que esperar, por suerte, era una peli con buenas críticas. Al entrar la sala estaba bastante llena, así que decimos subir a la parte de arriba, donde apenas había alguien. Al entrar observamos la zona, enseguida te acercaste a la fila de más atrás y me miraste como buscando mi aprobación, yo simplemente asentí y allí nos sentamos. Tras unos minutos, las luces se apagaron y la película comenzó. No sé decir el tiempo que había pasado cuando sentí, como una de tus manos terminó colocada en mi muslo, justo a la altura del final de la falda, entreteniéndose en jugar con la tela que ponía fin a la prenda. Al sentir el contacto de las yemas de tus dedos con mi piel, me sobrecogí, y un cosquilleo se apoderó de mí. Te miré sonriéndote y te sostuve la mirada durante unos segundos y volví a centrarme en la película, pero estaba resultando ser una pesadez. Lentamente me fui acercando a tu cuello, y lo besé. Mis manos cayeron sobre tu vientre jugando nerviosas sobre tu ombligo. Seguí besando tu cuello dulcemente dándote pequeños besos hasta alcanzar el lóbulo de tu oreja, donde te mordí suavemente para después susurrarte de forma más provocativa que puede. - "Qué aburrimiento de película" – y te sonreí pícaramente. Me miraste y me devolviste la sonrisa de forma traviesa. Había empezado el juego y ahora veíamos difícil poder ponerle fin. Te volví a morder el lóbulo, esta vez un poco ...
    ... más fuerte pero sin hacerte daño y como respuesta tu mano ascendió unos milímetros más, recorriendo mi muslo ejerciendo una pequeña presión conforme iba ascendiendo. Volví a susurrarte de forma sugerente. - "Se me ocurre una forma más divertida de entretenernos". Te miraba fijamente y vi que tú lo hacías con lujuria, con una lujuria que amenazaba con descontrolarte, el brillo que tenían tus ojos así me lo decía. Sin apartar la mirada de tus enormes y brillantes ojos, fui subiendo mis manos lentamente, recorriendo tu torso por encima de la camiseta, jugando con la tela a provocarte. Las subí hasta llegar a la altura de tus mejillas, deslicé una de mis manos hasta tu nuca, describiendo el recorrido con la yema del dedo índice haciéndote unas ligeras cosquillas. Entonces te atraje hacía mí, de tal forma que, la punta de tu nariz rozaba la punta de la mía, nuestros ojos quedaron alineados, ambos vimos en los ojos del otro como el fuego ardía. Mi otra mano deshizo el camino andado, bajando desde tu mejilla hasta llegar a tu entrepierna, donde enseguida percibí tu excitación y me dediqué a recorrerla por encima de la tela. Notaba una mano en mi muslo y la otra iba subiendo desde mi vientre, atravesando en canalillo, recorriendo mi cuello de la misma forma que mi mano había hecho con el tuyo momento antes, llegando hasta mi mejilla. Entreabrimos las bocas y nuestros alientos se mezclaron. Entonces, la mano que tenía en tu nuca te empujó hacía mí y nuestros labios se unieron en un ...
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