1. Jorge el curioso


    Fecha: 05/02/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... pida, que ruege por ella Me acerqué pues a la mesa de noche y saqué el bote de lubricante. Estaba a punto de empezar a aplicarmelo cuando Jorge me lo quitó de mis manos y se unto un poco en su dedo índice. – déjeme a mi ingeniero, usted pongase de perrito, relaje el culo y deje que yo me encargue de abrirselo Obediente, como buen puto, me puse de 4 y arquee mi espalda, ofreciéndole a mi macho mi orto. Él, primeramente sólo con un dedo, empezó a introducirlo sin contemplación. Gemí como una gata en celo al sentirlo traspasándome. Mi culo no ofreció mucha batalla, estaba dispuesto a recibir objetos aún más grandes esa noche. Rápidamente Jorge introdujo un segundo dedo y empezó a masajearme la zona como si fuera una vagina. – mmmmm – rico? – si, mmm, no pares – ya está bien abierto, es hora de que te meta algo más grande – si, metemela papi, cogeme duro - le decía entre gemidos, muerto de placer Él entonces embarrandose lubricante en la verga, se montó detrás mío como un perro y con cuidado me la colocó en la entrada de mi ano. Sentir un glande ardiente y lubricado rozando tu culo es una sensación indescriptible, más cuando ese mismo pertenece al macho de tus sueños. Yo entonces, como por instinto empecé a echarme hacia atrás clavándomela solito, a mi ritmo, sin dolor, sólo sintiendo como se iba abriendo paso a través de mi. Jorge me la empujo suavemente, clavándome la mitad, haciéndome al mismo tiempo soltar un gemido de excitación. – eso ingeniero, entregeme el culo – mmmmm – ...
    ... eso campeón, que ya no falta nada Impulsado por sus palabras me eché más para atrás y el término de empujármela hasta el fondo – ARGHHHHH - grite fuertemente al sentirme incrustado y con el culo partido en dos - AYYYYY me duele, sacamela – no sea pendejo ingeniero, quería verga? Ahora se aguanta Y como gozando de mi dolor, empezó a taladrar mi trasero con fuerza sobrehumana. Yo intenté separarme pero él me tomó con sus brazos, usando su peso para someterme sin detenerse por un instante en su brutal cogida. Me dolía, me estaba matando, pero nunca antes en la vida me había sentido tan excitado. Jorge usando mi culo como si fuera una vagina, me la sacaba y metía de nuevo con fuerza, buscando satisfacer su calentura, como fuera de sí, mordiendome la nunca y hombros, chupandome, saboreandome. Me susurraba cosas al oído: – así quería tenerlo marica, así puto… tome verga, uff que culo más apretado… Mientras yo solo gemía casi llorando, experimentando la mezcla más extraña de dolor/placer, arqueando la espalda para facilitarle la penetración a mi macho. Después de un par de minutos, acostumbrado al intruso dentro de mi, ya me movía junto con él intentando igualar el ritmo de su cadencia. A cada segundo que pasaba me iba sintiendo más cómodo teniendo ese miembro erecto dentro de mi. Jorge al darse cuenta lo mucho que lo estaba gozando me liberó y me puso de cuatro, dándome 3 nalgadas espectaculares. Yo me sentía como una perra, abierta y dispuesta a recibir pene y complacerlo con la ...
«12...5678»