Con una escort familiar
Fecha: 06/02/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: arandi, Fuente: RelatosEróticos
¿Quién era el más sorprendido de los dos? No lo sé. Afortunadamente supe sobrellevar el impacto de verla ahí parada, frente a mí, tras abrir la puerta de esa habitación de hotel. En vez de asustarme y preguntarle algo como: �Y tú, ¿qué haces aquí?� o cerrarle la puerta automáticamente, la invité a pasar. Ella tampoco se dejó llevar por el pánico y la sorpresa así que accedió a pasar. Llevaba un vestido negro muy entallado que, dado su estatura y complexión, la hacía ver muy delgada y a la vez deseable. Tal prenda delineaba muy bien su cintura escueta y sus pechos que a pesar de no ser demasiado turgentes se veían antojables. Además acentuaba sus bonitas nalgas y marcadas caderas soberbiamente. Su maquillaje la hacían ver un tanto mayor de la edad que yo sabía que tenía. Nos quedamos mirando fijamente el uno al otro por un momento que pareció más largo de lo que en realidad fue. Era evidente que con aquella expresión amenazante en su mirada me quería decir algo como: �Si les dices algo a mis papás yo les cuento que fuiste tú quien me buscó para esto�. Así que, sin reprocharle nada y actuando como si no la conociera, procedí como convencionalmente haría con cualquier otra sexoservidora. �Allí está tu dinero �le dije señalándole los billetes que estaban sobre la mesita, debajo del cenicero. Ella dudó unos segundos no sabiendo cómo responder pero al ver tal cantidad de dinero (le estaba pagando por tres horas) lo tomó sin chistar. �Van a ser tres horas, ¿está bien? �le dije, en ...
... tono neutro. Se quedó un tanto pasmada al ver que iba en serio pero al final asintió y comenzó a desnudarse, aunque con cierto nerviosismo. Noté que su cara se veía desencajada. El marcado silencio se hizo aún más palpable mientras ambos nos quitábamos la ropa dándonos la espalda, aunque sentados en la misma cama. Aquella chica que no rebasaba los diecisiete años aún era menor de edad y ya se dedicaba a eso desde al menos un año. Y lo sé pues desde ese tiempo la vi publicada en la página de escorts de donde tomé sus datos. No sabía cómo había podido entrar al hotel pues en recepción le debieron pedir su identificación al verla tan joven. Supongo que tendría una falsa. Desde que vi sus fotos me entraron ganas de contratarla, se veía bien jovencita y sabrosa. La verdad siempre me han gustado las chavitas y hacía años que no podía dar con una verdadera jovencita. Hace tiempo me pude coger a una de quince, pero de eso ya tiene un buen (una chavita que parecía de secundaria, bien menudita aunque con unas tetas bien lindas y una piel muy tersa; su cuerpo delicado no soportaba todas las posiciones, y tampoco resistía por mucho tiempo las duras penetradas, pero sus quejidos y gemidos compensaban e incluso me dejaron con ganas de más, lamentablemente ya no la volví a encontrar; supongo que algún güey la sacó de trabajar, jejeje). Pero por supuesto que esta vez contraté sin saber que en realidad se trataba de mi sobrina. Lo que me estaba poniendo cachondo. La chica me había hecho agua ...