1. Con una escort familiar


    Fecha: 06/02/2018, Categorías: Incesto Autor: arandi, Fuente: RelatosEróticos

    ... mientras sorbía y sorbía mis fluidos preseminales, luego daba lengüetazos que rozaban mi miembro justo en la punta. La chica parecía una excelente sexoservidora. Mientras me seguía dando aquel oral tan intenso pensé en su madre, a quien apenas unas semanas me había cogido en aquel otro cuarto de hotel pagado con su propio dinero (). Ella ya no es una chavita como cuando la conocí siendo novia de mi hermano, sin embargo, se sabe mover rico la condenada, y con mucha pasión; además, a diferencia de una sexoservidora (como lo es su hija), con ella puedo venirme al natural sin látex de por medio (pues ya hay confianza), cosa que hice esa última vez. Y es que tenerla en cuatro con ese par de suculentas nalgas chocándose por sí mismas en el área púbica no tiene precio, ni siquiera se compara con su retoño (a quien por cierto coloqué en la misma posición para tener justamente un punto de comparación). La mamá las tiene más de señora, más frondosas (vamos, hay carne de donde agarrar). Tamara en cambio las tiene más macizas pero menos voluminosas; lo cierto es que la chiquilla aprieta bien chingón; además la textura de su piel es muy suave al tacto. Mientras miraba hacia el espejo tomaba plena consciencia de lo que estaba haciendo, me estaba cogiendo a la hija de mi hermano y me encantó. Aproveché la posición de perrito para darle unas buenas nalgadas a palma abierta en honor a su madre por sacarle canas verdes. Se las di con toda la fuerza que pude, ella me miró en tono de protesta ...
    ... pero no se atrevió a decir nada. La sujeté tan firmemente como pude para que no se escapara ni de uno solo de mis duros empellones. Era justo que esta chica aprendiera que ganarse el dinero así también tiene su chiste y no siempre es fácil. Así estábamos cuando de repente aquella chiquilla me sorprendió al pedirme, mejor dicho ordenarme, que me la cogiera aún más fuerte. Tras un breve momento de admiración, aquella petición suya no hizo menos que encenderme y fue así que la tomé de las axilas cargando su peso sobre mi cuerpo, cosa que logré gracias a que ella apoyó sus pies sobre mis muslos. Así ella no tocaba el suelo, yo la seguí cargando. Pequeña nenita, es toda una ninfa sexual. Así, cargándola, me la llevé hacia un espejo que daba del piso al techo. Allí ella misma se miraba cómo era penetrada por su tío, jijiji. Posteriormente, sin sacarle el miembro, ella puso los pies sobre el piso y se recargó sobre el espejo. Me la seguí cogiendo al mismo tiempo que nos mirábamos en el reflejo delante de nosotros. Es cierto lo que decían en aquella página de escorts donde se anunciaba, a ella le encanta el sexo. No lo hace sólo por dinero. Me salí de ella sólo para darle la vuelta y subirle una pierna a todo lo que daba y así poderla penetrar viéndola de frente. Ella se abrazó a mí. Parecía como si fuera la primera vez que la miraba. De verdad que es muy bella (es bueno que su rostro no tenga nada del papá pues, sino, me hubiera sentido muy mal y no hubiese podido besarla como lo ...