1. Angel de la guarda (II y final)


    Fecha: 08/02/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la vista me confirmó mis sospechas sobre el nuevo estado de mi vida, de nuevo estaba solo y esta vez no existía la posibilidad de un reencuentro con mi familia. En el solitario apartamento sobresalía una única roja y un tanto marchita rosa, que depositada en la mesa; había sido introducida en un delicado florero. Bajo el florero se encontraban unas hojas con una escritura que inmediatamente reconocí como la letra de mi querida Silvita, y dejando mis cosas en el piso; me dispuse a leer lo que supuse sería una carta de despedida. Tomé la rosa en mis manos e instintivamente la acerqué para deleitarme con su ya débil aroma y en mi mente apareció la imagen nítida de Silvia, me senté y di inicio a la lectura de la inevitable despedida. Obviaré contarles sobre lo que en la carta se decía por tratarse de algo sentimental y aunque a algunos les puede parecer tierno, a otros les parecerá cursi. La verdad es que parece que puedes tocar el cielo con las manos cuando una persona a la que tú amas te dice palabras halagüeñas y eres correspondido con un sentimiento igual o mayor al que tú sientes, eso precisamente me hizo sentir la carta de despedida que Silvia había dejado para mí sobre la mesa. Repasé los párrafos que más me conmovieron de la carta que ahora guardo como el recuerdo de algo que fue y no volverá, hasta que la lectura fue interrumpida por un metálico sonido que anunciaba la invasión de mi intimidad; una llave se introducía en la cerradura de mi puerta. La puerta se abrió ...
    ... lentamente y con la misma velocidad fue apareciendo la figura conocida de la mujer que durante los últimos nueve meses le había dado un giro a mi vida, se quedó parada en la puerta y apoyando su hombro en uno de los laterales me miró con una expresión, hasta entonces; desconocida para mí. -Volvió mi Ángel de la Guarda... No hice comentario alguno y en silencio esperaba el desarrollo de los sucesos, ella debería estar en su lugar de origen y estaba en el umbral de mi casa, ¿sería que habiéndose reconciliado con sus padres permanecería en la gran ciudad? -Así que ¿usted cree que trayendo a mi exnovio se puede deshacer de mí? Continué sin responder, vi cómo cerraba la puerta y se aproximaba hasta donde estaba yo sentado, me daba calificativos de "ingrato", "mal agradecido" y similares reproches pero no hablaba nada sobre el encuentro con sus padres, ¿será que no vinieron y sólo enviaron a la persona menos indicada para el reencuentro? -¡Ángel mío, no sabe cuánto lo he extrañado! -¿Ya no soy ingrato? -Sí, es un ingrato; pero aún así lo adoro... -¿Por ingrato? -No, ¡por ser mi Ángel de la Guarda! -¿Cómo así? -¡No se haga ...! ¡Sabe a qué me refiero! -Pues a decir verdad, ni la más mínima idea -Soy la mujer mas feliz de la tierra, ¡me devolvió lo que me faltaba! -Y ¿qué es lo que te faltaba? -Mis padres, ángel de mi vida; usted me los devolvió. -O sea que vinieron, y ¿cómo estuvo la cosa? -Sí, vinieron y me contaron todo; por eso digo que usted es un ingrato. -¿Por haberlos traído? ...
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