Ninfa Seminal - Relatos Eróticos

Ninfa Seminal

... chapoteo.

El olor de sus efluvios genitales eran aún más dulces y desquiciantes, no lo podía creer, otra vez me encontraba en el límite de mi capacidad, ya quería llegar, explotar en su interior, pero no podía. La presión se hacía cada vez más insoportable y el ardor desesperante.

Por fín, aún con mi inexperiencia, supe que ya iba a terminar, sus gemidos y las contracciones de sus músculos vaginales me estaban apretando la polla, cada vez era más difícil entrar en ella, pues sus movimientos internos más parecían estar echando fuera de ella mi miembro.

Y fue ahí, de pronto sentí una succión al interior de su chucha, literalmente me jalarón hacia dentro y ahí sentí una especie de tentáculo que parecia tener una boca con la que engulló mi pene y de pronto un tentáculo más delgado y fino se introdujo en mi meato. Momento en el cual exploté sin remedio. Sentí que todo mi cuerpo se impactaba dentro de ese extraño cuerpo a su interior. 

Las sorpresas no terminaron ahí, en cuanto terminé de venirme, sentí un frío líquido inundar el interior de mi escroto. Al principio me ardió demasiado, tanto que creí que me estaba vaciando ácido dentro. Cerré mis ojos, úicamente podía sentir ese líquido frío y ...

... ardiente, mientras ese fino tentáculo parecía moverse por todo el interior de mi escroto, como pintando las paredes internas, luego sentí como me rodeaba cada uno de mis testiculos, casi como si me estuviera forrando con el mismo órgano delgado, mi escroto lo sentía inchado, notablemente más pesado y esorboso, una fuerte incomodidad por el tentáculo rodeándome los huevos y el tentáculo más grueso succionándome el glande, era una sensación muy rara y extremadamente incomoda.

Para esto, en ningún momento nuestros labios ni lenguas se habían despegado, nos encontrábamos unidos de arriba y de abajo.

Abrí los ojos y mi sorpresa fue inmensa. La bellísima MILF ya no estaba, en su lugar, una mujer de aproximadamente veinticinco años estaba en su lugar. No podía explicármelo, en ninggún momento nos habíamos separado, su aroma era el mismo, el contacto de nuestros genitales y sus enormes lolas no había desaparecido.

Por fin, despegó su lengua y labios de mí, pero en lugar de separarse de mi, se colgó de mi cuello y rodeo mi cintura con sus piernas. Haciendo la penetración más profunda e incómoda para mí.

Quieres leer la continuación antes que nadie, visítanos en: relatostaboo.com

   Continuará...