1. Un pervertido cuento de navidad (1 de 2)


    Fecha: 17/02/2018, Categorías: Gays BDSM Autor: thescreamline, Fuente: CuentoRelatos

    ... Carlos no hizo el menor esfuerzo por preocuparse por mí. Aquel hombre no se responsabilizaría de lo que me sucediera. Yo era, entonces, sólo un esclavo, algo sin valor destinado a causarle placer. Lo cual, en mi primer intento, debo reconocer que me estaba saliendo bastante mal. - Dios mío - me dijo Santa, de repente. Lo miré sorprendido por la interrupción de mi relato. Estaba alarmado, como si hubiera aparecido el verdadero Santa a reclamar su puesto y estaba a punto de luchar a muerte contra él. Todavía tenía su miembro erecto en mis manos, pero dejé el movimiento automáticamente. - ¿Qué pasa? - pregunté. - Tenía que interrumpirte - me indicó. - Eso que te dijo me volvió loco y estaba por acabar. - ¿Lo de que me haría comer mi propio vómito? - pregunté. - ¿Alguna vez pasó? - No, no pasó - respondí. - Qué tristeza - se lamentó Santa. - De todas maneras, la dominación que tenía sobre ti, es fascinante. Era bueno en ese papel. - Era actor - le recordé. - Podía interpretar el personaje de Christian Grey, en una época maravillosa en donde aún no existía y por ende no servía como referente de la cultura sadomasoquista. - ¿Usó esa enorme verga en tu cola esa noche? - preguntó. - No me penetró esa noche - respondí. - Las cosas con el Amo Carlos no pasaban tanto por el coito en sí, sino más bien que la erotización estaba en los estímulos aledaños. - Le sigues diciendo Amo Carlos - se sorprendió Santa, más Dorian que hombre del Polo Norte. - ¿Tuvieron muchos encuentros? - ...
    ... Sesiones - remarqué. - El Amo Carlos las llamaba sesiones. Esa noche me propuso algo interesante. Me dijo que si gustaba, tendríamos encuentros esporádicos a lo largo del año. Cada sesión iría aumentando la intensidad de cosas que sucederían. - Vaya - fue lo único que dijo Santa. Parecía maravillado. Esa primera noche fue más bien fue una especie de entrevista. No contaba como una de las sesiones. Pero no por eso fue menos excitante en su culminación, si bien rápida, aún recuerdo lo que me representó esa gran humillación. Tras haber aceptado su propuesta para los futuros encuentros, el Amo Carlos se arrodilló junto a mí. Quedamos entonces cara a cara nuevamente. - Quiero que acabes sobre mi verga - me indicó. - Sí, Amo Carlos - acepté. - Lo que usted desee. No me costó demasiado acabar. Estuve a punto de explotar tantas veces sin la necesidad de tocarme, que en menos de un minuto sentí la necesidad de estallar. Apunté hacia el miembro del Amo Carlos y su verga oscura quedó empapada de mis gotas blancas. Estaba agitado por la acción, pero el Amo Carlos continuó con su temple habitual. Se levantó y dirigió su miembro hacia mi boca. - Quiero que lo tragues ahora - indicó. Nunca pensé que pudiera volver a excitarme tan rápido tras haber acabado, pero la orden me volvió loco. Si bien no tuve una erección (de la cual tampoco hubiera servido de mucho), mi lívido volvía a estar en orden. Abrí la boca y mamé su verga nuevamente, pero esta vez tragando mi propio semen. El Amo Carlos parecía ...
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