1. Todas embarazadas


    Fecha: 19/02/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... la mitad. No tuve tiempo para enojarme con él, porque yo quería esa lechita! Paola me hizo unas cosquillitas en cuanto vio mis pucheritos de decepción, me chupó las tetas y me empezó a masturbar diciéndome al oído: ¡dale Flopy, acabame en la manito chancha, y tocame, fijate que tengo la bombacha mojada! Te juro que me hice pichí viéndote petear a Mario cochinita! Te amo pendeja sucia! Eso me puso más loquita, y entonces comprobé que Paola estaba mojadísima. Le saqué la bombacha y ambas nos masturbamos comiéndonos la boca, al lado de Luciana que, poco a poco recibía la descarga de leche de Mario. El hombre salió de su cuerpo agitado, sudado y con pinta de no poder más. Pero entonces, me escogió para sentarme en la mesa de la compu. Abrió mis piernas, me recorrió desde el ombligo hasta el culo con besos delicados y suaves, abrió mis labios vaginales con sus dedos y empezó a hundir su lengua en mi vagina, a rozar mi clítoris, a olerme desencajado y a decirme: ¡vos querés un bebito Flopy? Querés mi lechita acá adentro pajerita?! Le dije que sí cuando sus brazos me llevaban a la cama, donde Paola nos esperaba en cuatro patas. Luciana ahora solo miraba. Me acostó boca arriba diciéndome: ¡tocame la pija nenita, mirá cómo me la paraste putita! En cuanto su cuerpo se derrumbó sobre el mío, y su pija se posó en la entrada de mi vulva, solo dijo: ¡Pao, dale conchita a tu hermana, no seas mala… que yo me la cojo toda! Fue indescriptible todo lo que viví en esos minutos. Mario empezaba ...
    ... a cogerme despacio pero amasando mis gomas, y mi boca, lengua y olfato eran prisioneros de la conchita de Paola, que tenía un olor a pipí ensordecedor, pero también una fragancia femenina que me instaba a penetrarla, chuparla y frotarla toda, y cada vez más fuerte. Sentía esa pija creciendo en mi sexo, ensanchando mi canal y tocando el fondo de mi vagina, y cómo se friccionaba en mi clítoris, y las cosas que me decían los dos. ¡comeme pendeja, chúpame la conchita!¡seguro que los pitos de los pendejos con los que cogés no son como éste no?! Ni los consoladores tampoco, ni esos deditos de chancha que tenés, dale putita, trágate todoooo! La conchita de mi hermana era una constante descarga de jugos y temblores en la punta de mi lengua, y latía en los dedos que le metía, hasta que un sacudón la hizo agitarse, gemir y frotarse con todo sobre mi cara. Ahí sí un mar de flujos me inundó la boca, y segundos más tarde Mario me soltó todo su semen adentro. Las nalgadas que le daba entretanto me hacían pedirle que le pegue más fuerte, y a mí que me coja más duro. Me ponía re putita! Me levanté con la leche de Mario adentro de mi conchita, y con la acabadita de Paola en mi cara, confundida, llena de vibraciones y de culpas, que ahora me chupaban un huevo. Luciana no estaba mirando, porque mis sobrinitos lloraban, y ella acudió a darles una miradita. Entonces, Paola le chupó la pija a Mario, y estaba más que claro que llegó su turno. ¡querés otro bebé pendeja, querés cambiar más pañales, ...