1. Un paseo por las caballerizas


    Fecha: 24/02/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo en Grupo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... vagina se humedecía al instante…De a poco me fui soltando; sin pensar en la presencia del peón y comencé a pasar mi mano por toda la longitud de la pija de ese magnífico potro, para lo cual ya me había puesto en cuclillas, con mis piernas algo abiertas…Pude ver de reojo que el peón se tocaba el bulto bastante prominente por encima de sus pantalones y esta vez se mantenía en silencio.De repente me sobresalté por unos ruidos cercanos. Solté esa descomunal verga, me incorporé de un salto y salí corriendo de ese lugar, mientras el peón cerraba la puerta y sonreía divertido…Sin mirar atrás llegué al casco de la estancia, donde Víctor seguía conversando con sus amigos. Me dijo que lo habían invitado a presenciar un remate de hacienda en otra estancia vecina y me preguntó si quería acompañarlo. Le dije que estaba algo cansada y que me quedaría a hacer una siesta en nuestra habitación.Nos despedimos, diciéndome que regresaría antes del horario de la cena y yo me recosté un rato en la cama. No podía dejar de pensar en esa verga tan enorme que había tenido en mis manos. Comencé a dar vueltas en la cama, presa de una tremenda excitación.Un rato después decidí darme una ducha para aplacar el calor interior, pero sin resultado alguno. Después de mucho pensarlo, me vestí otra vez y decidí volver a esas caballerizas. Trataría de evitar que me viera otra gente, en especial ese peón tan atrevido…El lugar había quedado casi desierto. Parecía que todo el mundo había ido a ese remate cercano ...
    ... con mi esposo.Ya casi al llegar a esas caballerizas pude oír voces y risotadas provenientes de un galpón cercano; por lo que cautelosamente me fui acercando tratando de no hacer ruidos que delataran mi presencia. Pude ver a tres hombres que disfrutaban de un asado; por su estado, deduje que habían consumido más vino tinto que carne…Contrariada ya que no esperaba encontrar a nadie me di la vuelta para regresar a la estancia; pero entonces me encontré de cara con el peón que había estado conversando conmigo más temprano.El tipo me miró de pies a cabeza, desnudándome con la mirada. Agarrándome abruptamente del brazo me llevó para adentro del galpón, adonde estaban los otros tres hombres, quienes se acercaron divertidos. .El que me tenía agarrada del bazo les dijo:“Aquí está la puta porteña de la que les hablé… parece que a la señora le gustan las pijas bien grandes…” Se rió sin soltarme el brazo.“Así que le gustan grandes? Venga entonces, que le vamos a enseñar…”El que había hecho ese último comentario se me vino encima y me empezó a manosear todo el cuerpo; especialmente mis tetas, mientras el otro más joven me metía sus manos entre las nalgas desde atrás.Yo les gritaba que me dejaran ir; pero con mi estado de calentura, esa situación de estar atrapada por cuatro hombres bien viriles dispuestos a todo, se convirtió en algo morboso. La cosa empezó a gustarme y se notaba porque pronto mis esfuerzos por resistirme fueron menguando…“Parece que a la señora le gusta que la toquen ...
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