1. Incienso quemado


    Fecha: 26/02/2018, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... bramido del hombre mientras comprimía compulsivamente sus glúteos. Después, tras escupir en el baño el semen que conservaba en su boca, Natacha recogió su ropa para vestirse. -El pago lo haremos como siempre –le informó el obispo mientras se abotonaba la sotana y ajustaba el morado fajín-. Te avisaré para concertar la próxima sesión –puntualizó observando con mirada triste y anhelante como ella acomodaba su pene y su depilado paquete testicular dentro del tanga de encaje-. Una vez, ya vestida, la profesional hubo salido por la puerta trasera, como de costumbre, su Eminencia se dirigió al despacho donde aguardaba su visitante, acompañado en animada conversación por el joven secretario del obispo. -¡Paolo! Qué alegría volver a verte. -Benito,caro amico –respondió el visitante afectuoso levantándose de la silla y tendiendo sus manos a su anfitrión-, la alegría es mutua. -Espero que hayas tenido buen viaje. ¿Qué tal su Santidad? -Va bene, Benito,va bene. Excusándose, el secretario se retiró para dejar solos a ambos obispos, seguido por la mirada del italiano mientras salía del despacho y cerraba la puerta. -Un joven atractivo. -Cierto –contesto Benito con sonrisa irónica-. -Ya sabes por lo que vengo –cambió de tema Paolo en tanto el español preparaba un par de copas de coñac-. Los hechos nos han situado en una posición… incómoda. -Sí. Esta vez Antonio ha montado un buen lío –replicó el otro en un tono serio que no logró ocultar por completo la diversión que parecía hallar en la ...
    ... situación-. Hace falta ser tonto para dejarse pillar dos veces… por la misma persona… ¡y dejase grabar! -El caso es que aún no he tenido ocasión de ver esa grabación –puntualizó el italiano-. -¡No jodas! Pero eso no puede ser, hombre. No puedes perderte semejante joya del séptimo arte –el tono del mitrado español era ya abiertamente jocoso-. Además, no puedes encargarte de este asunto sin conocer todos los hechos… pormenorizadamente. Ven aquí. Colocados ambos hombres ante la pantalla del ordenador, Benito se conectó a Internet. -Ahora mismo lo vemos. El video está colgado en un montón de páginas. ¡Ha sido todo un éxito! -Eso es lo malo –se lamentó el Nuncio ante la insidiosa risita de Benito. En la grabación Monseñor Antonio María aparecía desnudo, ataviado únicamente con un corsé rosa y medias de rejilla, y atado de pies y manos boca abajo sobre una tabla de ejercicios, en actitud extrañamente relajada. -Jura y perjura que le drogaron –explicó Benito en falso tono compungido que pretendía provocar la sorna de Paolo-. Que le echaron algo en la bebida que le dejó narcotizado y que, aunque era consciente de lo que ocurría, no poseía voluntad para oponerse… el pobre. Estoy por creerle. -Bueno… -matizó el italiano concentrado en las imágenes- La verdad es que tiene una mirada un tanto dispersa… Él, siempre tan seguro de sí mismo. -Sí, ya. Pues me parece que su seguridad va a acabar en el mismo lugar que su carrera. En el monitor, entre tanto, aparecieron de espaldas dos mujeres ...
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