1. A la orilla de la carretera


    Fecha: 28/02/2018, Categorías: Confesiones Autor: arandi, Fuente: RelatosEróticos

    ... ver a mi hija siendo sodomizada por el brutal animal. Pero todo tiene una conclusión y así ese hombre tuvo que acabar. Así como estaba; incrustado en el recto de mi hija; soltó todo su esperma. Dicha simiente se derramó cuando aquél sacó su pedazo de carne. El semen se escurrió, primero en un chorro que después se convirtió en un hilillo que resbaló alcanzando el sexo de mi hija. Aquel maldito, tras saciarse, nos dejó abandonadas a nuestra suerte. Una hora más tarde, un automovilista nos rescató de tan cruel infierno. Ahora estoy junto a mi hija esperando turno para el ultrasonido que le realizarán a Eva. Aún no puedo entenderlo. Aquel hombre no eyaculó dentro de la vagina de mi hija y sin embargo... no sé cómo mi hija quedó embarazada. EPÍLOGO Ya iba para casi un mes que no veía a mi amiga Eva. De repente se ausentó de la prepa, sin saber por qué. Yo me había imaginado que por fin se había animado a contarle a su mamá, o que quizás la había descubierto y que por ello la había sacado de la escuela. Sin embargo, ayer me la encontré en el hospital. Yo había ido a visitar a mi abuela que está ahí internada y, para mi sorpresa, vi a Eva sentada junto a su madre esperando turno para unos estudios. Me acerqué a ellas y las saludé. Su mamá se portó medio rara conmigo. Ella sabe que Eva y yo somos muy buenas amigas desde la primaria; inseparables. De hecho, paso mucho tiempo en su casa, por lo que la señora me trata con mucha confianza, sin embargo, esta vez estaba muy seria ...
    ... conmigo. Parecía que le molestaba mi presencia y que quería que me fuera lo antes posible, yo que me sentía incómoda estaba a punto de hacerlo cuando Eva le dijo a su mamá que necesitaba desaburrirse y que iría conmigo a la cafetería. La señora no vio con buenos ojos aquello, fue evidente, pero Eva y yo nos marchamos dejándola allí sentada resguardando turno. Ya estando lejos de su madre no me aguanté más y le pregunté. —¿Qué pasó? ¿Ya se enteró? —No mana. Ni te imaginas lo que nos pasó. Vi que los ojos de Eva comenzaban a llenarse de lágrimas las cuales le brotaron a borbotones cuando me contó lo sucedido. Según sus propias palabras, a ella y a su madre las habían violado a la orilla de la carretera. Un maldito cerdo había abusado de ellas. Me dijo que desde que lo vio le dio muy mala espina y que no sabía por qué su madre había aceptado su ayuda. Ella y el tipo habían ido a la parte trasera de la camioneta de aquél y a Eva le pareció raro que tardaran tanto. Esperaba que regresaran con herramientas o algo así para arreglar el auto pero, dado que había pasado mucho tiempo, eso la inquietó. Poco después creyó escuchar un grito y decidió ir a ver qué pasaba, dejando a su pequeña hermana en el auto. Eva se asomó por una ventanilla a la cabina trasera de la camioneta y no podía creer lo que veía. Su madre, sobre el piso, se le entregaba sexualmente al hombre. En principio pensó que sus ojos la engañaban, su madre se veía muy cooperativa en los movimientos propios de la cópula. Parecía ...
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