Mi madre estaba muy necesitada
Fecha: 02/03/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Tragó lo que pudo, derramándose parte por su barbilla, cayendo gotas sobre mi cuerpo. Con mis dedos recogí parte y lo llevé hasta su boca. Ella los limpió golosamente. Me encontraba plenamente feliz, observándola sobre mi cuerpo. Pero la expresión de su rostro cambió. Parecía triste. Se levantó de mí, cogió una bata cubriéndose de manera afanosa y salió de la habitación. Cuando salí ya vestido la encontré llorando en la cocina. Me acerqué a ella y la abracé con ternura. - Esto... esto no tenía que haber pasado... ¡Tú eres mi hijo! - Pero yo te amo... y tú a mí, mamá... - Cariño, esto no es amor... esto ha sido un momento de pasión, no de amor... - Yo te quiero desde siempre ¿Tú a mí no? - Sí cariño... pero hay amores y amores... una madre y su hijo no se pueden enamorar... - Pero yo lo estoy... y hoy he visto que tú también... Y si no ¿qué es el amor? ¿El que nos da papá a los dos? ¿O le quisiste más a él que a mí? Y no me contestó. Creo que en ese momento comenzó a darse cuenta del tiempo que nos habíamos estado deseando, ella quizás sin ser consciente de ello. Se levantó y se encerró en la habitación. El resto de la tarde la pasé pensando. Hice la cena para los dos. Se lo dije a través de la puerta y salió, aún con la cara colorada de llorar. Cenamos en silencio. Y mientras comíamos no parábamos de mirarnos el uno al otro, ella con más desconcierto que otra cosa. Al acabar se dirigió de nuevo a la habitación, y yo me quedé en la cocina fregando la loza. Estuve viendo la ...
... tele hasta bastante tarde. Cuando notaba que el sueño me vencía me metí en mi habitación para dormir. Pero unos minutos después, cuando ya estaba en la cama con la luz apagada, ella abrió la puerta. Dudó un poco y luego entró. Se sentó en la cama a mi lado y me volvió a besar en los labios. - Cariño... yo te quiero, como madre y como mujer que soy... te deseo... pero esto tiene que ser nuestro secreto... - Lo sé mamá... ¡Te quiero, te quiero...! Y volvimos a hacer el amor. Aquella noche dormimos juntos en mi cama, exhaustos. Nada más despertarnos se recostó a mi lado. Así estuvimos un rato largo, el uno mirando al otro, riéndonos, besándonos... - Mamá... ¿Qué os pasó a papá y a ti? - No lo sé, cariño... hace mucho tiempo que perdió el interés por mí. - ¿Y no sabes por qué? Durante un minuto estuvo mirando el techo. Luego me dijo: - Para mí es obvio que anda con más mujeres. Supongo que con tantos viajes... nos fuimos distanciando. Cuando me di cuenta que ya no le apetecía hacer el amor conmigo empecé a notar el olor del perfume femenino en sus ropas... Imaginé que iba a esos clubs privados discretos, putas de lujo, y pensé que quizás yo no le satisfacía en la cama. Para que lo sepas, tu padre y yo no pasamos de la postura del santo. Y eso hasta que naciste tú. Después perdió el interés en mí. Compré algunas revistas porno, para saber qué le podían dar esas mujeres, y me encontré con mi incultura sexual. Así que cuando me hice una idea de cómo satisfacer a un hombre intenté que ...