Visitas inesperadas - Parte 3 - Relatos Eróticos

Visitas inesperadas - Parte 3

... molesto le dije que ahí estaré, tratándome de convencer que no dejaría que este pervertido se sobrepasara, no obstante también lo deseaba Después de 15 minutos de constantes fantasías intensas y luchas con mi moral , regresaron y cuando lo hicieron mis hormonas se dispararon como nunca lo habían hecho. -eso tita, te ves impresionante, tal y como debe ser ehhh jajaja ¡Muchas felicidades!- dijo mi primo mientras me miraba con cierto compromiso Mi madre claramente feliz por aquel elogió le agradeció, después me miró esperando mi aprobación, pero en esta ocasión mantuvo de nuevo su actitud coqueta -madre… te podrías ver mejor - me limité a decir por el enojo que sentía por su nueva actitud hacia mi primo mientras la rechazaba con la mirada. ¡En realidad se veía espectacular! Pero por mis celos no pude ser sincero. Mi madre llevaba un bikini amarillo muy muy sexy, uno que apenas le cubría sus inmensos pero perfectos pechos, pues aquel traje era de mi tía, por lo que el diseño delantero no era el adecuado para alojar semejantes atributos, unos que se desbordaban por tanta carne y apenas pudo cubrir Por otro lado tras mirar el muy definido vientre y cintura de mi madre, aquel triangulito inferior con la ligera mata de pelos a sus lados, y sus piernas tan blancas y deliciosas casi ocasionan que me desmayara. -Bueno muchachos, ahora que estamos listos pongámonos en marcha- dijo mi tía. Acto seguido mi madre muy nerviosa se colocó un pareo del mismo color, uno que si bien lograba ...

... esconder aquel majestuoso culo, también lo delineaba muy bien- pero qué hipócrita- pensé- ahora resulta que se tapa su cola Mi tía siempre tan suspicaz como de costumbre notó de inmediato que mis miradas hacia mi madre estaban muy lejos de ser maternales, de modo que divertida de un jalón se deshizo de aquella prenda, ocasionando que me excitara como nunca, pues en cuanto mi progenitora dio los primeros pasos mi visión por instinto se posó sobre sus increíbles y hermosísimas nalgas blanquitas y desnudas, acompañadas sólo por aquella parte inferior del bikini que por cierto les juro que parecía que reventaría por lo tan ajustada que estaba, pues (como les comenté arriba) aquel bikini estaba diseñado para algunas tallas más chicas, de forma que prácticamente su culazo se comía la tela. -¡Patricia pero qué haces!- reaccionó mi madre -tranquila Anita, sin ese pareo te ves mejor, ¿no es así chicos? Mi madre inesperadamente volteó para ver nuestra reacción y fue ahí cuando me vio mirándole ese vaivén inocente de sus nalgas. Sonrojada regresó la mirada al frente Por mi parte no traté de disimular mi atrevimiento, pues estaba molestó- seguro si lo lo mira él ni te inmutas- pensé Ella inesperadamente lo comenzó a menear con firmeza y sensualidad descarada. Ahí estaba ella con su cola coqueta tan deseada. Así pues en cuestión de minutos ya estábamos los cuatro en aquella alberca, una con una pequeña división en dos secciones, una parte honda y otra baja, esta última para chapotear o ...