Alicia y Cristina - Relatos Eróticos

Alicia y Cristina

... cremoso semen desde el techo de la boca a su lengua, escurrió por su labio y la barbilla. Su pequeña lengua salió y recogió el semen que escaba de su boca. Los dos nos vimos como mi verga soltó y aventó el último chisguete en su pequeña boca abierta. La vi deliciosa con ese pequeño cuerpo desnudo. Yo estaba en el cielo. Yo había acabado y necesitaba descansar unos minutos. Alicia jugaba con mi pene ahora suave. El resplandor era grande. Ahora ella estaba chupándolo otra vez! Se empezó a endurecerse de nuevo! ‐ Quiero follarte. Nunca he cogido antes. Voy a conseguir que se pare de nuevo y cogérmelo todo. Lo quiero dentro de mi coño. No puedes imaginar lo bien que tu gran pene se verá y sentirá dentro en mi pequeño coñito desnudo Decía con mirada seria, agresiva, mientras masturbaba mi pene rápidamente con su mano para después volver a meterlo en su boca y chuparlo. Ella realmente sabía lo que hay que decirle a un hombre para emocionarlo. Mi pene ya estaba volviendo a su dureza y buena disposición. Mi imaginación iba salvaje como me había imaginado en mi mente, la escena que estaba describiendo. Alice se tumbó en la cama a lo largo de mi lado, con la cabeza apuntando a mis pies. Las piernas abiertas. Sus pequeños labios vaginales se abrieron, dejando al descubierto la abertura hacia el sitio de la zona de placer de la pequeña niña, el objeto de todas mis fantasías. La abertura en su pequeño cuerpo menudo, era una invitación a mi polla a entrar. Mi mano tocó una vez más su ...

... pequeña vulva. Mi dedo se poso entre sus labios vaginales mientras observaba la piel suave bajo mi tacto. La exquisita belleza de su pequeño coño blanco, cedió bajo el toque de un dedo explorador. Esto fue tan emocionante que mi pene estaba ahora tan duro como siempre. Yo sabía que ya no podía resistir a llegar a la culminación de mi mayor fantasía. El pequeño coño de Alice se sintió muy húmedo y resbaladizo bajo mis dedos. Si mi pene iba a entrar en una pequeña vagina, Alicia seria el gatito bebé que me iba a coger. Me torcí y levanté mi cuerpo sobre su pequeño cuerpo. Puse mi pene contra su conchita. Alice jadeó ‐ folla mi pequeño coño, mételo en mí. Quiero tu polla dentro de mi cuerpo, has que tu gran polla me coja No podía parar ahora. El hecho de que sólo tenía ocho años y era realemnte tan pequeña que se había perdido en mí. Simplemente, no me importaba nada. Ella había iniciado esto y ahora lo llevaba hasta el final de la línea. Su madre le había encargado a mi cuidado, ella sin duda sabía lo que podría suceder. Pues si no lo sabía, era demasiado tarde. Guie mi verga a esos labios mojados y apretados de su hija de ocho años de edad. Poco a poco fui empujando hacia dentro. Sus labios apretados se separaron conforme mi glande les obligó a separarse más. Se quedó sin aliento por el dolor. ‐ Aughhhh, lastima… me quema, nooooooooooo! Pero fue demasiado tarde. Con un empuje gigante veo a mi polla dura penetrar profundamente en la vagina virgen de Alicia. Sentí su himen ...