El niñero: Pelea injusta
Fecha: 03/03/2018,
Categorías:
Gays
Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues
... Me abracé a su cuerpo y recorrí cada milímetro. Besé su espalda, cuello y orejas. James temblaba cada vez que mi lengua jugaba con el lóbulo de su oreja. Cuando noté que estaba al borde de su orgasmo, aceleré las embestidas y comencé a masturbarlo con violencia. Empezó a convulsionar y quedó sin fuerzas sobre la cama. Saqué mi miembro, dejando todo su ano abierto e irritado, y se le enterré a Eduardo. Un quejido desgarrador salió de su garganta, pero no dijo nada. Sentí que me orgasmo estaba próximo, por lo que bajé la velocidad. Quería que él se corriera primero, igual que James. Aproveché ese momento para cambiar de posición y follarlo de frente. Sus piernas se fueron a mis hombros, y nuestras caras quedaron a centímetros de distancia. Su rostro normalmente serio y sexi, me parecía tremendamente erótico ahora que tenía una leve mueca de dolor, y que sus ojos destellaban lujuria. No aguanté más y fui en busca de sus labios. Nuestras lenguas jugaban con entusiasmo y nuestros dientes se clavaban en nuestras pieles. Me levanté para seguir con mi trabajo y Eduardo habló con voz autoritaria: -James, chúpame la verga -dijo-. Me quiero correr en tu boca. James se sorprendió ante eso, pero obedeció encantado. Sus labios envolvieron ese delicioso mástil, y comenzaron a succionar. En menos de un minuto, Eduardo disparaba chorros de semen en la garganta de James. Eduardo cerró sus ojos y se cubrió la boca, pues sus gemidos eran más altos de lo que él pudiera controlar. Saqué mi pene ...
... de su culo, y apunté hacia James. -Haz tu trabajo, nene -dije. James sonrió y se lanzó a mi verga que palpitaba con un color rojo intenso. Eduardo, bajo mi completa sorpresa, se unió a James. Ambos se disputaban mi pene, y succionaban cada rincón de ese lugar. El placer y la visión que tenía fue suficiente para provocarme el orgasmo. Chorros interminables de leche salían desde mi glande, cayendo en sus caras, boca y pelo. Tuve que morderme el brazo para no despertar a todo el mundo con un grito de placer. Poseídos por el morbo, limpiamos cada gota de semen que se encontraba a la vista. Luego, nos acostamos completamente satisfechos y complacidos. Sus culos estaban completamente abiertos y dilatados, pero el de Eduardo era el más perjudicado, ya que una pequeña mancha de sangre se divisaba. Ayudé a Eduardo a limpiarse y, caminando apenas, se dirigió a la cama. Tomó su ropa, y lentamente se vistió. Ante nuestra expectante mirada se dirigió a la puerta. -Chicos, lo que pasó aquí fue genial. Nunca había sentido algo parecido, y dudo que lo vuelva a sentir -dijo-. Pero esto muere aquí. No se volverá a repetir. -Pero… -comenzó James. -No diré nada, si esa es tu pregunta -contestó Eduardo-. Ustedes quédense tranquilos. -Está bien -dije, todavía un poco sorprendido. -Gracias -dijo por última vez, y cerró la puerta. Miré a James confundido, pero dejé ir las dudas. Eduardo sólo quería experimentar y estaba bien. Tanto el cómo nosotros disfrutamos. Al cabo de un rato miré la hora y le ...