En el coche
Fecha: 03/03/2018,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Suede, Fuente: SexoSinTabues
... suministrar esa luna medio llena que también era testigo de aquella situación. El hombre no hizo gesto ninguno en el momento de ser “cazado” por nuestras miradas, le daba exactamente igual de que nos hubiésemos percatado de su presencia y seguía inmóvil observando a la espera de que continuáramos con lo nuestro. - ¡¡Pero tendrá cara!! – exclamé contrariado –Ni se inmuta el muy cabrón. Ahí seguía, expectante, sin ningún tipo de apuro por la situación. Me comencé a sentir incómodo y contrariado. Aquel mirón nos acababa de joder el momento tan increíble y excitante que estábamos disfrutando. - Nos vamos, no estoy tranquilo con ese tío ahí , otra vez será –te decía mientras hacía ademán de abrir la puerta para salir e ir a la parte delantera del coche para marcharnos. De repente sentí en mi hombro izquierdo una de tus manos que me empujaba hacia abajo como queriendo impedir que abriera la puerta del coche. - Pero…. – fue lo único que me dio tiempo a decir. Tan pronto volví la cara para preguntarte el motivo por el que me impedías salir, me soltaste un beso introduciendo tu lengua en lo más profundo de mi boca que me dejó sin habla. En un movimiento rápido, separaste tus labios de los míos, te recostaste en el asiento del coche, te remangaste hasta tus caderas el vestido, levantaste un poco el culo y te quitaste el tanga que llevabas. Ese movimiento me cogió por sorpresa y me dejó totalmente descolocado, sin capacidad de reacción, sin saber qué hacer y sorprendido como pocas veces ...
... me había sentido. No me dejaste tiempo para reprocharte nada ni para asimilar la situación, sin apenas darme cuenta estaba recostado sobre la puerta derecha del coche con los pantalones bajados por las rodillas y mi polla, totalmente erecta, delante de tu cara. No hablabas, solo me mirabas fijamente y te mordías el labio. Sin pensártelo te abalanzaste sobre mi polla y te la tragaste en un rápido movimiento. Así la mantuviste unos segundos dentro de tu boca, tan adentro que tus labios rozaban mi pubis. Eso me hizo soltar un gemido. La sensación de sentir toda mi polla dentro de tu boca y permanecer así unos segundos me hizo volar de placer, un placer y una sensación que solo tú sabes llevar al límite, y en ese preciso instante lo habías hecho. Tras unos segundo con mi polla dentro, subiste tu cabeza hacia arriba liberándome de tu boca y dejando un hilo de saliva que mojaba desde la punta hasta la base toda mi erección. Me miraste fijamente con esa cara de viciosa que se te pone cuando estás cachonda perdida y sacando tu lengua, comenzaste a lamerme el frenillo y a comenzar muy lenta y magistralmente una serie de movimientos con tu lengua y labios, saboreando y sin dejar ninguna parte de mi polla sin lamer, que en esos instantes ya se encontraba totalmente empapada a causa de tu saliva y de líquido preseminal que comenzaba a asomar. Subías y bajabas, usabas tus labios y tu lengua. Tus movimientos cada vez eran más rápidos y profundos, apareciendo y desapareciendo mi miembro en ...