1. Sandra, una mosquita no tan muerta


    Fecha: 07/03/2018, Categorías: BDSM Autor: zipoton, Fuente: RelatosEróticos

    Conocí a Sandra a través de mi hermana. Ella nos presentó con la idea de que saliéramos juntos a correr, pero su intención final era emparejarnos. Hacíamos buena pareja, según ella, pero muy en el fondo mi hermana, como toda mi familia, pensaba que yo era un bala perdida, un hombre que necesitaba encauzar su vida y Sandra era quien lo iba a conseguir. No faltaba razón a mi familia en relación a mi forma de ser y vivir. Dejé el colegio a los dieciséis, no por falta de capacidad, sino porque me perdían más las faldas y la diversión que otra cosa. Con dieciocho años recién cumplidos, me alisté en el ejército, en el regimiento de paracaidistas, donde estuve tres años en los que seguí siendo un juergas, un vivalavida, un colibrí que picaba de flor en flor, corriendo riesgos innecesarios en lo sexual, puesto que siempre follaba con desconocidas y directamente sin protección, follaba en cualquier sitio, cuanto más fuerte fuera la situación, mejor. Después de caer en lo más bajo y comprender que si quería seguir vivo y además tener una forma de vida mínimamente confortable debía cambiar, decidí reformarme y dado que tenía muy buena forma física, regresé a casa de mi familia y comencé a prepararme para opositar a bombero o policía. Sandra era lo contrario a mí. Una chica sensata, estudiosa, que había acabado su carrera de economista en una universidad privada de renombre, que tenía un puesto de trabajo en un banco de primer nivel, una vida acomodada y una vida social escasa, dado que ...
    ... se había dedicado casi en exclusiva a estudiar y prepararse. Nos conocimos por teléfono y enseguida conectamos pese a que fui lo más borde posible con ella, ya que tenía una idea preconcebida de ella, como una niña de papá, infantil y seguro que sosa y fría en lo sexual. Quedamos para salir a correr el día siguiente. Le puse mis condiciones: había que correr mínimo hora y media a buen ritmo, pese a ser agosto y hacer un calor sofocante, debía ser al mediodía porque era el único momento en que coincidíamos los dos. Y tenía que ser o bien por el monte o en el parque cercano a mi casa. Todas esas condiciones las puse porque pensé que o bien se echaría atrás viendo la dificultad del terreno y condiciones o bien la iba a matar (es broma, claro…). En cuanto la vi, comprendí que no lo iba a tener tan fácil y que Sandra no era lo que parecía… Físicamente está cañón. Tiene un cuerpazo fibrado y femenino a la vez. Lo siento por ellas y sé que soy un machista, pero no me gustan las mujeres gordas, pero casi menos las excesivamente delgadas. Sandra es, sencillamente perfecta. La ropa deportiva ajustada con la que la conocí, mostraba sin lugar a dudas que era un cuerpo de deportista.Su cara, dulce y femenina. Ojos y pelo negros, melena cuidada y recogida para hacer deporte. Yo tampoco estoy mal, al menos eso me dicen continuamente. Ya os he dicho que soy muy deportista, muy equilibrado y sin excesos. Suelo correr únicamente con un pantalón corto y zapatillas, con el pecho al descubierto ...
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