La isla de los placeres mortales (Enter the Dame) En 120.0
Fecha: 07/03/2018,
Categorías:
BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... supongo,... ¿O sí? -¡No!,… no las conozco respondió Paula, pero ya habrá tiempo para conocerlas. -No lo creo, dijo Theodoridis, aquí no se hacen amistades, y a cada cual lo suyo. -¿Estas mujeres también participan en los eventos, no es así? inquirió Paula -Así es le señalo el capitán. -Ahora entiendo, manifestó la chica. A continuación el capitán continuó explayándose: -Al parecer es la primera vez que usted participará. Ellas lo han hecho ya en varias ocasiones y lugares, este yate traslada a las mejores contendientes, pero mayor información no puedo darle; ni nombres, ni lugares, son las normas establecidas, como se lo tiene que haber hecho saber Pierre en su primera entrevista. -¡Oh si por supuesto! respondió la morena, luego el capitán Theodoridis continuó con otras breves pero necesarias aclaraciones: -La organización tiene por norma la discreción de sus empleados y participantes, es tan simple que con tan solo esta consideración, cada persona asegura el éxito de su estadía, todo lo que debe saber ya se lo ha informado el señor Dupont, y si la calificó para presentarse en este evento, también debió aconsejarle cautela, por otro lado debe haberle sugerido que su continuidad en este círculo, si así usted lo desea, dependerá del compromiso y lealtad que tenga con este. Si no hace preguntas y mantiene reservas, tendrá una provechosa estadía en esta exclusiva comunidad que tutela el señor Hermann, que como se lo debe haber dicho Dupont es nuestro empleador; y si queda ...
... satisfecho con su participación, como también los demás miembros, tendrá la ocasión de presentarse en futuros y singulares eventos, pudiendo conocer a poderosos, generosos e influyentes personajes, lo que le puede reportar suculentos dividendos. Más tarde mientras Paula ordenaba en el camarote sus pertenencias, escuchó al capitán dando las órdenes de rigor, para vociferar finalmente en alta voz: -¡Desaten cabos…suelten amarras! La chica latina acercándose a una ventana “Ojo de buey”, miró hacia afuera como un joven marinero saltaba de la cubierta al muelle para desatar hábilmente los gruesos cabos de la embarcación, arrojándolos después sobre la marquesina, operación que tardó unos tres minuto, para volver prontamente a bordo de la misma manera en que lo había dejado, de un brinco, luego escuchó el característico sonido metálico de la cadena del ancla al recogerse, sintiendo más tarde un sonido de motores, y un bamboleo mayor que el habitual, lo que indicaba que la nave empezaba a dejar el muelle en donde estaba atracada. Durante una hora más menos estuvo recostada en una de las dos literas que tenía el camarote, naturalmente eligió la que le pareció mejor, luego se levantó para observar por la pequeña ventana circular como el yate iba bordeando la costa, para volver nuevamente a la cómoda litera por algunos momentos, cuando se sintieron tres golpecitos en la puerta de su camarote sacándola de una tranquilizante modorra que casi consiguió dormirla, la muchacha entonces se levantó y ...