La isla de los placeres mortales (Enter the Dame) En 120.0
Fecha: 07/03/2018,
Categorías:
BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... empezó a entender del porque Dupont la había elegido, pensando que no era la única que debía satisfacer estos inusuales instintos, la escandinava de la misma tendencia, asimismo necesitada y debía liberar ese impulso para mantener el necesario equilibrio de su naturaleza, que les era común a ambas, y quizás a todas las que el francés elegía para estos eventos, me gusta, si me gusta “pensó”. Ebba una vez que hubo satisfecho su mórbida afición, se apoyó con las palmas de sus manos sobre la espalda de la pelirroja mujer, aplastándola descuidadamente, al tomar impulso al erguirse. Una vez de pie, el sudor retenido en el bikini, resbaló aun más entre sus piernas, cayendo sobre el cuerpo de la francesa bajo ella. Ebba mirándola apáticamente y con hastío, levantó la cabeza para mirar a la morena, y sin mediar palabra se retiró con el andar que suponemos debiera haber tenido una imponente valkiria de la mitología escandinava, tomándose de la baranda en la que estaba apoyada unos metros más adelante la joven latina, y cuando llegó hasta ella, rozó suavemente con el dorso de su mano, el brazo y el duro vientre de esta, para mirarla detenidamente, luego de esta pausa, siguió caminando, a la vez que se volteaba, avistando de soslayo y burlonamente a la francesa, que la miraba penosamente desde el suelo. Exhibiéndose con esta burlona actitud ante la joven muchacha, a la que sabía que había complacido y estimulado, sometiendo y humillando ante sus ojos a su madura amante. Paula luego de ...
... la ilustrada y creativa experiencia, volvió a sus compartimientos, no sin antes dar una última mirada socarrona a la francesa Rouge, que permanecía aun de bruces recuperándose del castigo recibido. Aprovechando esta oportunidad, esperó que la pelirroja alzara la mirada hasta que esta se cruzara con la suya, para hostigarla diciéndole: -¡Perra perdedora!, a la vez que se volteaba, y se retiraba, cimbrando atrevidamente sus caderas mientras se alejaba del lugar. La actitud de reserva que Paula presentaba a medias ante el español y Theodoridis, era solo una estrategia para conocer detalles de lo que Pierre no le había dicho, por lo que buscaba la manera para poder indagar, ya por un lado Manuel le había adelantado una valiosa información de las dos mujeres que la acompañaban. En cuanto a los enfrentamientos no tenía temor, confiaba en su arrojo y en sus aptitudes marciales, ninguna mujer conocida por ella hasta este momento podía considerarla una rival digna, aun cuando si tuviera que enfrentarse a la nórdica, “En honor a la verdad”, no sería fácil derrotarla, pero la francesa, bueno..., eso sería más sencillo, “Pensó”, por otra parte Dupont le aseguró que mientras siguiera las reglas instauradas, no correría ningún riesgo su integridad física, y que por añadidura solo le traería beneficios, la pregunta que se hacía la latina era, “si a todas se nos garantiza esta seguridad”, entonces como podremos combatir entre nosotras, sin salir malheridas, al menos la derrotada, ¿Cómo serán ...