La isla de los placeres mortales (Enter the Dame) En 120.0
Fecha: 07/03/2018,
Categorías:
BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... agresivo acto. Paula observaba extasiada, no podía dejar de embelesarse por la mirada de la soberbia vikinga, que se cruzaba insolentemente con la suya, su dorado cabello le cubría medio rostro y sus bellos ojos azules entreabiertos con una expresión de maldad la seducían, induciéndola a que continuara atenta a esta descarada exhibición. La nórdica montada con altivez y soberbia, apretó sus musculosas piernas, hundiéndole las rodillas, comprimiéndole las costillas y la cintura, infligiéndole gran dolor, por la fuerza o por el propio y enfermizo consentimiento de la subyugada pelirroja. Sobre cubierta estaban presentes las tres mujeres y un tripulante que limpiaba parte de la pasarela, este no se percataba de la escena o no le otorgó importancia a las dos féminas que revelaban abiertamente sus perversos pasatiempos, por lo que es de suponer que estaba habituado a este tipo de excentricidades por parte de estas pasajeras, las que comparadas con los eventos organizados por Karl Hermann, eran tan solo inocentes e inofensivos juegos de adolescentes, de lo cual se enteraría más tarde la chica latina. Los débiles quejidos de dolor de Rouge se confundían con los orgásmicos gemidos guturales que se escapaban roncamente de la garganta de la nórdica mujer, cada vez que esta la comprimía, seguido por desvergonzados movimientos de sus caderas hacia atrás y adelante, deslizando y presionando su sexo en la espalda de la pelirroja, repitiendo maliciosamente esta rutina de castigo con ...
... elaboradas y sugestivas variables. Si se hubiera tratado de relaciones entre personas discretas, tendrían la ventaja que el ruido no se escucharía más allá del entorno inmediato, puesto que este sería silenciado por el sonido del agua al golpear en el casco de la nave, pero para ellas, esta clase de moderación no estaba en su manera de proceder ni en su desmedido estilo. Dar y recibir castigo se prolongó por casi una media hora, el bronceado cuerpo de la rubia brillaba a la luz del sol, la transpiración manaba de su cara y cuello, hasta sus desnudos pechos y espalda, para luego deslizarse por su firme abdomen y caderas, mojando su reducido bikini blanco, llevándolo a un tono grisáceo en las zonas humedecidas. Bajo ella y en sumisión total la francesa recibía humillantemente el sudor que descendía del cuerpo de la dorada y bella amazona torturadora El ritmo del corazón se le aceleró a Paula, empezó a sentir cosquilleo y calor por todo el cuerpo, sintió que la temperatura en el ambiente subía, ya sea por el sol de la tarde, ya sea por el tórrido acto, o bien por ambas razones, por lo que levantando los brazos, se tomó el cabello con ambas manos haciendo peines con los dedos para airear y desenmarañar su cabellera, teniendo especial cuidado de mostrar sus musculosos brazos, mostrándoles a las dos mujeres lo que tenía, y si por alguna razón, otra relación se derivaba más adelante, sabrían que ella podría ser una temible y fornida contendiente, o una valiosa y poderosa amiga. Paula ...