La isla de los placeres mortales (Enter the Dame) En 120.0
Fecha: 07/03/2018,
Categorías:
BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... encomendadas, como ser atentas y complacientes con nuestros clientes, entonces me encargó a mí hacerme cargo de esa labor disciplinaria, en la cual tal vez fui muy enérgica, quizás solo un poco, acabó diciendo con una sonrisa maliciosa. -¿Qué quieres decir con la “labor disciplinaria” amiga mía?, la interrumpió de nuevo Paula. -Sucede que esta clase de trabajo es muy desesperante, (le explicaba la sueca), sobre todo con algunas mujeres empecinadas, que reincidían en conductas muy poco participativas, con las que fui muy estricta, de tal forma que una vez que acababa de disciplinarlas, ya no estaban en condiciones de poder volver a ejercer su trabajo. -Lo que me cuentas es muy interesante, pero no me has dicho aun como llegaste a estos juegos insistió Paula. -En esta ocasión la rubia hiso caso omiso a la pregunta, prosiguiendo: -En más de alguna ocasión tuve que demostrarles a nuestros clientes, que el propósito de Osman y de nuestra organización era cumplir con el tipo de prestaciones que nos solicitaban, y cuando estas muchachas no se comportaban a la altura de las demandas que se le hacían yo en persona me encargaba de corregirlas frente a los molestos clientes, demostrándoles de esta manera que nos preocupábamos de entregarles un buen servicio. -Ya veo, entonces, por lo que me cuentas, eras una especie de madame y guardiana, creo entender sin darle muchas vueltas, entonces tú eras la perra que cautelaba los intereses del turco Osman, le expuso directamente Paula. -En ese ...
... tiempo fue cuando algunos de ellos prefirieron mi intervención disciplinaria como estricta “escort”, en vez del servicio que les daban las mujeres. Aquellas que toleraban mejor el castigo que les administraba, comencé a usarlas como “partenaires” y esclavas sexuales en sesiones especiales de sexo duro, el castigo que les infligía era por supuesto placenteramente compartido por mis clientes, para que después de esta ilustrada demostración y estando muy estimulados, me solicitaban los complaciera para consumar sus apetitos sexuales. -Bueno, ahora que conozco bien tu historia, “dijo Paula”, entonces buscaste después algo más extremo en estos eventos, dime como fue eso mi niñita. Ebba no contestó a su pregunta y continuó monopolizando el tema, diciendo: -Mira, hacer sufrir y ocasionar dolor para mí ha estado asociado al placer desde hace tiempo, es más, te diré que lo entendí así desde mis primeras relaciones, las cuales empecé a disfrutar a muy temprana edad. -Cuéntame entonces, quiero saber más de ti mi niñita la azuzo Paula con sus palabras. -Era una joven chiquilla cuando tuve sexo con el novio de mi hermana mayor Hanna, Verner se llamaba, era un aventajado amante, quien me inició en estas relaciones, estuve muy enamorada de él, tanto que hacía lo que él me pidiera. -Ya veo esto le sucede a casi todas las jovencitas acotó Paula, mientras Ebba proseguía. -En las noches, por expresa petición de él nos juntábamos a los pies de un viejo roble ubicado bajo la ventana del dormitorio ...