1. La isla de los placeres mortales (Enter the Dame) En 120.0


    Fecha: 07/03/2018, Categorías: BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... llegue el esperado momento en que deba intervenir, de tan solo pensarlo me pongo muy cachonda, a punto de venirme, por favor continua Ebba, ¡continua!, insistió la morena. -Mientras esperábamos la decisión que tomaría Rouge más adelante, y estando impedida la avasallada Paula de escabullirse, mi amiga Rouge le hincaba las uñas en las mejillas con parsimonia y ensañamiento; arrancándole la piel a jirones, torturándola y desfigurando su cara indolentemente, aplastándola con toda su anatomía, en una absurda muestra de fuerza, plena de encarnizado y voluptuoso erotismo. Paula interrumpió la conversación para recordarle a la rubia que ya era hora de volver a bordo, por lo que se retiraron del lugar que quedaba a pocos minutos del muelle, retomando el camino a este, durante el cual la sueca no interrumpió la descripción de lo ocurrido en el rancho de Florida, de cómo Rouge en su torcida mente, ideó la mejor manera de continuar su rutina para conseguir exhibirse con su aguda y brutal creatividad hasta el fin, volteando bruscamente el inerte cuerpo de su víctima, para atraparla esta vez de espaldas, apresándola entre sus piernas y las barras, aprisionándola obscenamente por detrás como si se tratara de una violación anal, haciéndole así una férrea llave de palanca, aprisionando el cuello de “la loca”, entre sus brazos y la metálica barra horizontal, teniéndola totalmente a su merced. -Dime Ebba como terminó este encuentro dijo Paula tratando de agilizar el relato. -Rouge representaba ...
    ... la apariencia de una magnifica e infernal bestia asesina, estando soberbiamente erguida, esperando la aprobación por parte de los presente, la que no se hiso esperar, como tampoco el final de la narración que hacía la escandinava. -Rouge luego sin liberarla, manteniendo la presión, representó al principio un simulado acto de penetración sexual, con cadenciosos movimientos pélvicos atrás y adelante, los que se fueron haciendo cada vez más rápidos y reales, hasta que en los últimos meneos tensionó los músculos de sus piernas y brazos, comprimiendo a “la loca” en un inmóvil y asfixiante abrazo, asociado a leves estertores, experimentados por ambas mujeres, una por la sufrida agonía y la otra por el deleite epicúreo de subyugarla, esta última mantuvo el mortal abrazo durante más tiempo del necesario, el silencio era casi total, solamente interrumpido al comienzo por las quejas de la martirizada Paula, las que se fueron silenciando poco a poco, y finalmente por la enardecida y lujuriosa respiración de la salvaje y soberbia Rouge, quien bañada en brillante transpiración liberó después de prolongados momentos, a la ya fenecida Paula que se abatió pesadamente a sus pies. -¿Esta es la forma en que usualmente terminan estas presentaciones?, preguntó Paula para provocar en Ebba otros comentarios al respecto. -Bueno, así es efectivamente, por supuesto con las evidentes variables que cada una de nosotras aportamos en nuestros números, corroboró Ebba, para agregar a continuación: Momentos ...
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