1. Historia del Chip 012 - Escarceos - Irma 002


    Fecha: 12/03/2018, Categorías: Grandes Relatos, Lesbianas Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... excita aguardar en esta postura. Aunque me da miedo que entre otra persona y tener los ojos cerrados me hace sentir desvalida. Los brazos se me cansan de tenerlos tanto rato el alto— respondió Irma. —Bien, falta entrenamiento. Eso se puede arreglar. Siempre que quedemos, yo vendré unos minutos más tarde. Ponte un avisador en el móvil para que suene al cabo de una hora. Si no he llegado en ese tiempo, te puedes ir a casa. Durante el tiempo de espera, debes estar alerta. En cualquier momento puedo llegar y acariciarte los pechos o dónde me apetezca. Aceptaré algún error, pero estableceremos un castigo entre las dos. Abre los ojos— ordenó Galatea. Se miraron unos instantes y se besaron. No era su primer beso, sin ser habituales. Mientras juntaban los labios y saboreaban sus lenguas. Galatea llevó sus manos por fin a los pechos erguidos de su amiga. Casi no había podido resistirse durante todo ése rato. Irma no cometió el error de nuevo y sus codos quedaron bien altos y hacia atrás. Las manos no se movieron de la nuca, como si estuvieran atadas. La excitación le hizo pensar en quitarse los zapatos, el pantalón y las bragas. Quería estar desnuda y desnudar a Galatea. Se lo murmuró entre descansos entre besos. —Tonta, eso lo decidiré yo. Tu misión es excitarme. Usa tu cuerpo para ello. Pero no te dediques a pensar en el asunto. Quédate en el ahora. Debes estar cansada. Siéntate— le indicó Galatea. Sin esperar a Irma, se tumbó entre un par de cojines. Irma iba a hacer lo mismo, ...
    ... miró su blusa. La había dejado allí mismo. Galatea se dio cuenta. —No es el sitio adecuado. Escóndela— señaló Galatea. Irma, con pudor, la recogió y la puso detrás del montón de cojines. Nunca se había encontrado en esa situación. Siempre había sido un juego con unas reglas definidas para situaciones específicas. Ahora se hallaba con los senos desnudos mientras Galatea, completamente vestida, trababa conversación como si no tuviera la mayor importancia. Por nada del mundo iba a estropear el momento. Charlaron sobre las tonterías del campus y cuando sintieron hambre Galatea decidió que irían a la cocina a buscar algo de comer y se lo traerían aquí. Le cogió la mano a Irma. —Vamos— conminó. Irma sólo pudo pensar en su blusa arrinconada. Iba a ser la primera vez que llevase los senos desnudos fuera del íntimo cobertizo, de su habitación o de los probadores. Hasta ahora, Galatea se ofrecía a traer algo si era necesario. La Irma de hacía unas horas hubiera protestado o se hubiera negado. La actual necesitaba imperiosamente un repaso. Sus pechos desnudos ayudaron a excitarla. El tiempo que había estado esperando a Galatea se le había hecho muy largo. Los besos y toqueteos posteriores insuficientes para su necesidad. Hubiera querido gritar: ¿y tu madre? pero eso hubiera sonado a discrepancia. Galatea podía entenderlo como una manera de cuestionar su mando. Trató de salir con soltura, como si llevase el top. Los senos no le parecían firmes, los sentía temblorosos. Volvieron en pocos ...