Vueltas de la vida - Relatos Eróticos

Vueltas de la vida

... pedazo de carne palpitante que rosaba mi húmedo anito, mientras su brazo derecho me abrazaba deteniéndome por mi vientre de una manera suave con el otro brazo me abarcaba por el pecho sutilmente y su cabeza saliendo por encima de mi hombro jugaba con mi oído y mejilla derecha, realmente estaba siendo algo imposible para mi resistirme a esta adulación y seducción por parte de marcial, que con su voz aunque con palabras un poco vulgares o corrientes, me decía a mi oído cosas que me derretían y estaban nublando mis sentidos y mi normal razonar Rompiendo mis barreras emocionales y desintegrándose mi pudor, mis piernas empezaron a ceder, mi cabeza se inclinaba hacia marcial en acto de condescendencia, mi mano derecha tomo la mano de marcial que estaba sobre mi vientre y la animo a bajar a mi entrepierna y con la mano izquierda acerque mas la cabeza de marcial en tono de aprobación para encontrarme con su labios. Marcial no tardo en entender que se estaban abriendo los motivos para llevarme a la cama, me beso delicadamente metiendo su lengua dentro de mi boca, bajo mis braguitas y llevo sus dedos a mi orificio anal el cual acariciaba suave pero contundentemente, eso provocaba en mi fuertes oleadas de placer que me hacían jadear, llevo su mano derecha a mi boca y metió su dedo índice el cual yo instintivamente succionaba a placer y lo lamia como si de ello dependiera mi vida. Poco a poco introdujo dentro de mi uno de sus dedos en mi anito apretado y aunque estaba húmedo no cedía ...

... fácilmente. Marcial me fue empujando suavemente hacia la cama me acostó sobre mi espalda y se desprendió de sus ropas quedando completamente desnudo mostrando su cuerpo fuerte y moldeado que ocultaba detrás de un corriente uniforme de guardia de seguridad, me quito mi blusa y la mini que tenía en mi cintura, solo dejo el brassiere y el liguero con las medias que llevaba puestas, me quito completamente mis braguitas, las olio y acaricio con su boca, y de rodillas sobre la cama abrió mis piernas para ponerse en medio de ellas besando de abajo hacia arriba lo que iba encontrando mi pies, mis rodillas mis muslos , mi entrepierna mi vientre mi ombligo besaba y lamia a discreción mi pecho mi cuello para volver a concentrarse en mi boca, así de una manera natural o intuitiva mi cuerpo reconocía el de él respondiendo a sus impulsos y cada cosa que él me hacía solo dejando que las cosas fueran sucediendo, deje de analizar lo que pasaba solo era una madeja de placer con la que alguien estaba haciendo una obra de arte, todo era hermoso cada beso y caricia me había olvidado de que yo era un hombre y de que él era el guardia de seguridad que siempre había odiado, solo había besos y amor entre nosotros en ese momento, hasta que sentí un fuerte dolor en mi ano pues era su gigantesco pene tratando de abrirse paso en mi interior, me hizo gritar fuertemente, marcial se contuvo me pidió disculpas me calmo con más besos y caricias, así que me dijo que trabajaría en eso para que fuera algo hermoso ...