1. Incesto luego de que me doparan con un afrodisíaco


    Fecha: 13/03/2024, Categorías: Incesto Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos

    ... pezones y las areolas. Al rato no pude evitar gemir. Pierre me volvió a besar. Le comí la boca con lujuria. Mi suegro bajó lamiendo mi vientre, enterró su lengua en mi ombligo y después se metió entre mis piernas. Me levanto el culo con las dos manos, yo flexioné las rodillas, me abrí de piernas, apoye los pies en la cana y le puse el coño en bandeja. Lamió de abajo a arriba con la lentitud de un caracol. Al rato no pude esperar más, tenía que correrme. Moví la pelvis de abajo a arriba, de arriba a abajo, hacia los lados y alrededor y en menos de un minuto me corrí. Al correrme, un chorrito de jugos salió disparado, y exclamé:
    
    -¡Ay, dios que me corro!
    
    Mi suegro me enterró la lengua en el coño. Pierre me echó su mano derecha al cuello y me estranguló hasta que acabé de correrme.
    
    Al acabar de correrme, Leandro, se sentó en la cama, me cogió la cabeza, me llevó la boca a su polla erecta, y me dijo:
    
    -Abre la boca.
    
    La abrí, me puse de lado y dejé que me metiera la polla en la boca. Pierre fue a por mi ojete y comenzó a lamerlo y a penetrarlo con la lengua, al tiempo que me aplaudía el culo. No tardó en lamerlo con lujuria. Me gustaba una barbaridad sentir su lengua y sentir sus gemidos de marica, tanto me gustó, que le cogí la polla a mi suegro, le la puse hacia arriba y le lamí y le chupé los huevos.
    
    -Son unos huevos deliciosos.
    
    Sentí como Pierre frotaba la cabeza de su polla en mi ojete y luego como la polla entraba hasta el fondo de mi culo. Me ...
    ... dijo:
    
    -Tienes el culo muy apretado. ¿Es que solo te metes el dedo en él?
    
    No me gustó el comentario.
    
    -El dedo lo mete tu hermana en el culo, flaco.
    
    Si a mí no me había gustado su comentario, a él le gustó menos el mío. Me empezó a follar a lo bestia, me dio sin conocimiento. Quería romperme el culo, pero mi culo, como todos los culos, se dilatan, y lo que me molestó al principio me encantó después. Le mamé con saña la polla a mi suegro, que comenzó a gemir. La lujuria me venció y cuando sentí que me iba a correr, le dije:
    
    -¡Más fuerte, flaco, más fuerte!
    
    Me dio a romper y me corrí como una cerda. Esta vez no pude decir nada, ya que Leandro se estaba corriendo en mi boca.
    
    A acabar de corrernos, mi suegro y yo, Pierre, sacó la polla de mi coño, me puso boca arriba y repartió la leche de su corrida en mis pezones y en mis areolas. Luego mi suegro me levantó las tetas y me dijo:
    
    -Lame.
    
    Me gustaba sentirme como una cerda, así que ni me lo pensé, bajé la cabeza y lamí la leche de mis pezones y de mis areolas. Al acabar de limpiar mis tetas, me preguntó.:
    
    -¿Quieres descansar o seguir?
    
    La pregunta se las traía, si le decía que sí, quedaba por puta, si le decía que no quedaba por subnormal. Miré para las pollas. Seguían empalmados como si no se hubieran corrido. Seguro que también habían tomado algo para tener una erección tan prolongada, así que le respondí:
    
    -Quiero beber algo frío. Me estoy muriendo de sed.
    
    Me hicieron sitio para que saliera de la cama. ...
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