Verano en family/Cap2
Fecha: 19/03/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: JEFF, Fuente: TodoRelatos
... mi madre.
Muy bien, pues a aprovechar el rato. Tengo en mi mochila un balón de voleibol y ahí detrás hay una red y un espacio delimitado con cintas blancas sobre la arena para la práctica del voley. ¿Alguien se anima a jugar? Débora, sé que a ti te gustaba este deporte. Seguro que te apuntas al plan.
En efecto, a mi madre le encantaba el voleibol y el voley playa. Practicaba el primero desde hacía muchos años y había formado parte del equipo de la Universidad. Todavía quedaba a veces con antiguas compañeras para disputar algún que otro partido.
No suena mal. Me parece buena idea- respondió a la invitación del galo.
Yo también me apunto, pero no tengo ni idea de cómo se juega- indicó Davinia.
No te preocupes que yo te enseñaré cómo se juega- dijo el francés, en cuya voz y gestos comencé a notar un cierto flirteo con mi tía.
Venga, Álvaro, que yo te enseñaré a ti- me propuso mi madre.
Le dediqué una sonrisa de agradecimiento y asentí.
Pierre extrajo entonces de su mochila una pelota amarilla con algunos adornos en azul claro. Mientras se agachaba para sacar el balón, su trasero quedó en pompa y desde atrás se le vio totalmente abierto. Entre sus muslos aparecieron colgando sus dos enormes bolas negras y la polla, que permanecía dura. Sorprendí a Davinia deleitándose con aquella panorámica y mordiéndose de gusto el labio inferior de la boca.
Debo reconocer que sentí un poco de celos, pues la atención de mi tía y su deseo sexual iban ahora orientados ...
... hacia Pierre y sus atributos. El francés se levantó y se encaminó con el balón en la mano hacia donde se encontraban la red y la cancha. Le siguió mi tía, cuyos ojos iban clavados en las macizas nalgas del negro; detrás de Davinia avanzaba mi madre y tras ella, yo que no podía evitar recrearme la vista con el espectáculo del sensual culo desnudo de mi progenitora. Cuando llegamos a la zona deportiva, el francés propuso lo siguiente:
Hagamos una cosa: para que las dos parejas estén equilibradas, Davinia y yo formaremos una y Débora y Álvaro la otra. Así en cada una habrá un jugador experimentado y otro novato.
A todos nos pareció buena la idea, de modo que a un lado de la red se situaron mi tía y Pierre y al otro nos colocamos mi madre y yo. Inmediatamente el galo se puso manos a la obra (y nunca mejor dicho): empezó a mostrarle a mi tía cómo debía golpear el balón para efectuar los saques, cómo tenía que colocar las manos para amortiguar los remates procedentes del otro lado de la cancha y cómo debía efectuar el golpeo para pasar la bola sobre la red.
Todas sus palabras iban acompañadas de gestos y de posturas corporales para que Davinia pudiera imitarlas. Pero no conforme con todo ello, Pierre, si tenía que corregirle alguna, no dudaba en situarse detrás de mi tía con su cuerpo pegado al de ella e indicarle exactamente cómo tenía que poner el cuerpo en cada caso. Aunque yo estaba frente a ambos, por la postura que tenían era evidente que la polla del negro estaba ...