Qué pasaría si... El Brujo Escarlata (2/3) - Relatos Eróticos

Qué pasaría si... El Brujo Escarlata (2/3)

... cachete antes de meter la cara en la raja de su culo haciéndolo gemir— ¡Este es el culo de América!)

Veía imágenes como esas sin parar. Sabía que era la huella de magia de la que había hablado el Doctor Strange, pero…

(Max gimiendo como una perra mientras Thor se lo follaba a lo bestia)

Las imágenes seguían llegando…

La polla le dolía en los pantalones.

Clint se había ido al baño poco después que Max, y creía que no estaban hablando precisamente.

Se levantó y fue al baño, hasta que llegó a la puerta. Se detuvo ahí un segundo, con la mano a un centímetro del picaporte. Sabía que tenía que resistir, pero…

(El cuerpo de Max ante él mientras él lo agarraba fuerte y se lo follaba, y él gemía como un animal…)

Joder, casi hasta podía sentirlo. El calor de ese culo, apretando su polla dura mientras se lo follaba con suavidad…

Su polla pareció endurecerse más.

Y decidió.

Abrió la puerta, quizás un poco demasiado brusco, se oyó un chirrido, y por eso se aseguró —mirando antes que no hubiera nadie cerca— de sujetar la puerta al entrar en lugar de soltarla, y la cerrarla despacio. Aunque apenas entró ya sabía lo que estaban haciendo.

Ahí no había nadie meando. Y a menos que hubieran decidido mear juntos, y de forma bastante ruidosa, era obvio lo que estaban haciendo.

Tuvo un conflicto interno. Por un lado, quería entrar ahí y follarselo, follarselos a los dos. Podía imaginarse a Clint metiéndosela por el culo a Max con los ojos cerrados mientras él ...

... gemía… esa imagen le puso a cien. Su polla quería salir a jugar.

Pero en algún lado de su mente las palabras del Doctor Strange diciéndoles lo que era la huella del caos, y como podía afectarles. Aun así, siguió mirando como temblaban las paredes de la cabina en la que estaban.

Su polla reclamaba ser atendida.

Y de pronto escuchó a alguien aproximándose por el pasillo, y se apresuró en volver a la puerta, abrirla y salir —maldiciendo (perdón) al señor de cincuenta años que se aproximaba por el pasillo hablando por el teléfono— dando el portazo más sonoro posible, para asegurarse de que lo oyeran antes de cruzarse con el señor que entró al baño, aún hablando por el móvil, sin prestarle atención.

Dentro del lavabo Max estaba agarrado a las barras de lo alto de la pared, con las piernas en la pared opuesta. Entre sus piernas estaba la cara de Clint, sus ojos le taladraban mientras le metía la lengua a toda velocidad por el culo, lubricándolo.

Max ahogó otro gemido.

*----*

Sonó como un cañonazo y ambos se sobresaltaron.

Clint se plantó delante de él, completamente alerta. Los habían pillado.

Un segundo después oyó a un hombre acercándose, hablando con el móvil; la puerta volvió a cerrarse, y Max, actuando más por instinto que otra cosa, canalizó la magia del caos con Clint mirándolo atentamente.

La magia del caos fluyó de él, alrededor de ambos y del habitáculo en el que estaban, levantando una barrera, y una ilusión.

Clint lo miró, visiblemente ...