Qué pasaría si... El Brujo Escarlata (2/3) - Relatos Eróticos

Qué pasaría si... El Brujo Escarlata (2/3)

... nervioso, sin entender.

Fuera de la cabina el señor seguía hablando por el móvil, no vio como una fina capa de energía roja acababa de formarse tras él y luego el color rojo se esfumaba como si ahí no hubiera nada.

«Sí —seguía diciendo, a su rollo—. Habla con ese Alex Crusso y asegúrate de que me llame de una vez. Tenemos que hablar».

—Ya podemos hablar —informó Max a Clint, rápidamente— ¿Cuánto tiempo nos queda?

—Dos minutos —contestó él y no pudo añadir nada más porque Max se abalanzó sobre él y lo beso como si no hubiera nada más en el mundo.

—Podemos hacer todo el ruido que queramos —dijo Max, echándole el aliento a la cara a Clint. Dio una fuerte palmada en la pared de la cabina mientras el hombre seguía a su aire fuera, hablando por teléfono. Sintió la respiración de Clint en la cara—. Así que no te contengas y follame todo lo duro que puedas.

—Tú mandas —sonrió él cogiéndolo por la cintura para darle la vuelta. Max se apoyó en la pared.

Clint se la metió adentro, hasta el fondo. Tenía el culo tan lleno de babas que su polla entró sin problemas, hasta el fondo.

Max lejos de contenerse, gritó a pleno pulmón.

Y Clint viendo que tenían prisa se puso a bombearle el culo como si no hubiera un mañana; Max volvió a gemir sin cortarse un pelo, y Clint, apretando los dientes, lo agarró con fuerza y empezó a gruñir.

—¡Ah! —gritó Max—. Amo esa polla.

Clint respondió con un gruñido, moviendo la cadera sin parar.

*----*

Fuera de ahí el ...

... hombre colgó su llamada y se puso a mear en el urinario que antes había ocupado Clint; la cabina en la que estaban ambos quedaba a su izquierda.

Le pareció oír una especie de golpe, y por un momento pensó que una de las cabinas se movía, levemente. Luego pensó que se lo había imaginado y siguió meando.

*----*

Dentro de la cabina Max —sin pantalones— recibía una tremenda follada como si no hubiera un mañana por parte de Clint —sin camiseta— que gruñía y le reventaba el culo a lo bestia.

Las paredes de la cabina temblaban, se balanceaban bailando como si estuvieran a punto de reventar.

—¡AAAAAAAAAH! —gruñía Clint, enseñando los dientes en una mueca furiosa, bombeando a plena potencia.

—¡AH! —gemía Max como loco— ¡Aaaah!

Iba a perder la cabeza, se iba a volver loco… esa polla lo estaba taladrando sin piedad por el culo…. ¡aaah! Tan caliente…

—¡AAAAAAAAH!

Y de pronto sintió la corrida de Clint, su lefa en el interior de su culo. Clint movió la cadera y enterró la polla por completo dentro de él, dejándolo lo bastante cerca como para que Max lo sintiera, suspirando junto a su oreja.

Sus gruñidos se habían convertido en jadeos.

—¡Ah! —jadeaba junto a su oreja, pegado a su cuerpo al de él—¡Ah! Te gusta mi polla descargando lefa en tu culo ¿A que sí, Putón Escarlata? ¡Aaah!

Max emitía una especie de gemido ahogado, sintiendo como la lefa caliente llenaba por dentro.

Unos segundos después sintió que Clint salía de su culo y le dejó sintiéndose ...